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En la región fronteriza México-Estados Unidos más de cuatro mil residentes mueren debido a diabetes mellitus

Alertan sobre la necesidad de implantar hábitos saludables, acordes con las necesidades de los residentes de la región


En la región fronteriza México-Estados Unidos poco más de cuatro mil residentes mueren cada año debido a diabetes mellitus, de las cuales mil 500 son del lado de los Estados Unidos y dos mil 500 del mexicano. Ante esa situación, es necesario que administradores de los sistemas de salud faciliten cambios en los proveedores de servicios, los pacientes y familiares, para establecer una cultura de hábitos saludables, en un marco de políticas de salud pública reglamentada, acorde con las necesidades de los residentes de la región.


Un trabajo de investigación sobre Prevalencia de Diabetes y sus Factores de Riesgo en la Región Fronteriza, realizado por la Oficina Frontera México-Estados Unidos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), alertó sobre el hecho de que la prevalencia de diabetes en la región fronteriza del norte del país es casi el doble de la que registra cada país.


Al presentar los resultados de la investigación, María Teresa Cerqueira, jefa de la Oficina de la Frontera México-Estados Unidos, dijo que más de un millón de habitantes de esta zona padecían diabetes y de ellos, 26% lo desconocía, además 836 mil habitantes tenían prediabetes. El número de casos de esta enfermedad entre los habitantes del borde mexicano fue 1.2 veces mayor que el de Estados Unidos.


Asimismo, cuatro de cada 10 habitantes de la frontera, sin diabetes tenían al menos un miembro de la familia que sufría la enfermedad; seis de cada 10 con diabetes tenía al menos un familiar con el mismo padecimiento y una cuarta parte de quienes no sufrían el problema y un tercio de los que sí, también tenía hipertensión.


De igual manera, cuatro de cada 10 personas de la frontera México-Estados Unidos sin diabetes tenían exceso de peso y tres de cada 10 eran obesos, aunado a que los hábitos de tabaquismo reflejaron tasas mayores que las cifras nacionales para ambos países.
 
Ante esa problemática, la investigadora señaló que se requiere una repuesta inmediata, integral y persistente, que incluya un plan de comunicación culturalmente viable de riesgos al público para que las personas con diabetes o riesgo de enfermedad estén motivados a aceptar su responsabilidad y actuar en nombre de su propia salud, al máximo de sus posibilidades.


A nivel poblacional, es necesaria una respuesta para la reducción y manejo de riesgos, los cuales deben abordarse mediante la ejecución de políticas que garanticen la implementación de reglamentaciones que se centren en la producción de alimentos saludables, de fácil acceso y limitando anuncios de oferta alimentaria, dirigidos a niños, además de reglamentos que faciliten la planificación urbana para el desarrollo del medio ambiente sano, seguro e higiénicamente mantenido para la práctica de actividad física.


Al mismo tiempo, se debe llegar a los profesionales de la salud, mediante programas educativos para actualizar la comprensión y difusión de los modos de vida sin riesgos, y se debe integrar los principios de comportamiento saludable en los programas educativos para niños y adolescentes.


A nivel individual, agregó la especialista, los médicos y trabajadores deben usar rutinas de tamizaje de factores de riesgo en cada visita de los pacientes y, a la vez, ellos tienen que mantenerse actualizados acerca de las opciones de tratamiento recomendadas para prevenir las complicaciones de la enfermedad.


De igual manera, se requiere alentar a los empleadores a establecer programas de bienestar de la salud para motivar a sus empleados a que controlen sus factores de riesgo, aumentar la actividad física, mejorar su dieta alimenticia o controlar las complicaciones de la enfermedad si ya desarrollaron diabetes.


Finalmente, la Jefa de la Oficina Frontera México-Estados Unidos de la Organización Panamericana de la Salud agradeció a las instituciones mexicanas que colaboraron en el estudio, como la Secretaría de Salud de México, la Asociación Mexicana de Diabetes, Universidad Autónoma de Juárez, Asociación de Diabetes de Estados Unidos, los Programas de Prevención y Control de Diabetes de Baja California, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Sonora y el Laboratorio Estatal de Monterrey.


Por parte de Estados Unidos, participaron el Departamento de Salud, la Oficina de Administración de Recursos Humanos y Servicios de Salud, la Asociación Fronteriza Mexicano-estadounidense de Salud, la OPS y los Departamentos de Salud de los estados de Texas, Nuevo México, California y Arizona, entre otros.

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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