México D. F.- El día de ayer se dio a conocer el caso de un niño de diez años al que por negligencia médica le fueron extirpados los testículos en el Hospital Primero de Octubre del ISSSTE, hecho que motivó una recomendación por parte de
En respuesta, el instituto aseguró en un comunicado que %u201Ctodos los involucrados en el caso han sido denunciados penal y administrativamente ante las instancias correspondientes%u201D. De igual forma, aceptó en su totalidad los términos de la recomendación enviada por
El titular de la comisión, José Luis Soberanes, indicó que %u201Cexisten todos los elementos para acreditar violaciones graves al derecho a la protección de la salud de ese paciente%u201D, las cuales son imputables al personal del mencionado hospital.
Según la recomendación, antes de proceder a una cirugía tan agresiva debieron efectuarse una serie de estudios previos para comprobar que, efectivamente, la extirpación de los genitales del menor era necesaria. De forma errónea, el personal médico diagnosticó un cáncer testicular.
La recomendación emitida por
El organismo defensor fundamentó también con base en los reportes de histopatología disponibles, en los cuales se precisa que el testículo izquierdo no presentaba alteraciones histológicas y el derecho únicamente refería calcificaciones distróficas que no requerían tratamiento quirúrgico. %u201CEn consecuencia, la cirugía aplicada al menor fue innecesaria%u201D, concluyó.
Soberanes exhortó al director general del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes, a que la institución a su cargo %u201Crepare%u201D conforme a derecho el daño al agraviado y a sus familiares. Esto implica proporcionar al menor la asistencia médica requerida, así como apoyo psicoterapéutico vitalicio, ante posibles repercusiones en su desarrollo.
El organismo solicitó también una investigación y el establecimiento de las responsabilidades correspondientes a los médicos involucrados. Asimismo, se pidió que el ISSSTE garantice el debido cumplimiento de los protocolos de estudio correspondientes para la integración diagnósticos precisos y evitar que se repitan ese tipo de casos en los que %u201Ces manifiesta la descoordinación y el descuido en el manejo de la información médica%u201D.
El ISSSTE deberá cooperar con las pesquisas de
Cronología de los hechos
El 9 de febrero de 2006, el menor acudió (por tercera ocasión) al servicio de urgencias pediátricas del Hospital Primero de Octubre por dolor testicular izquierdo, aumento de volumen y enrojecimiento, con aproximadamente dos meses de evolución.
El médico que lo auscultó pidió exámenes de laboratorio y valoración por cirugía pediátrica.
El caso requirió además la valoración de un médico especialista y, en atención al reporte de calcificaciones observadas mediante ultrasonido, se ordenó realizar estudios de marcas tumorales y de tomografía computarizada.
El 10 de febrero, el menor fue ingresado al servicio de Pediatría; sin embargo, sin justificación alguna no se llevó a cabo la tomografía y sólo fue valorado en cirugía pediátrica donde se desechó una posible intervención quirúrgica.
El 13 de febrero, el reporte del estudio de marcadores tumorales indicó que el paciente se encontraba dentro de los parámetros normales. Los médicos determinaron continuar con el protocolo de estudio.
No obstante, el 14 de febrero el niño fue programado para cirugía para al día siguiente.
