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La UNAM investiga propiedades medicinales en planta del tomate verde

México D. F.- Emma Maldonado Jiménez y Ana Lidia Pérez Castorena, investigadoras del departamento de Productos Naturales del Instituto de Química de la UNAM, encabezan a un equipo que se ha dado a la tarea de estudiar el potencial medicinal de plantas del género Physalis, entre las que se encuentra la que produce el tomate verde.


 


Maldonado Jiménez recordó que la medicina tradicional de México ha utilizado desde hace mucho las cáscaras de tomate para bajar los niveles de glucosa en la sangre, los frutos asados en los casos de amigdalitis y las infusiones de hojas para el dolor de estómago, lo que motivó el interés del equipo de investigación.


 


La investigadora universitaria, quien ha publicado sus resultados en revistas como el Journal of Natural Products y Planta Médica, indicó que la cubierta del tomate es rica en compuestos llamados acilsacarosas, formados por el azúcar común de mesa pero esterificada con ácidos grasos.


 


Informó que compañías de Estados Unidos ya sintetizan dichas sustancias, algunas aprobadas por la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) como sustitutos grasos por sus propiedades organolépticas y porque cuando tienen cinco o más ácidos grasos el organismo no las degrada y las excreta. Las sustancias ya se usan en botanas y frituras como sucedáneos, lo que ayuda a combatir la obesidad.


 


Hasta hace algunos años estas especies no habían sido estudiadas en el país, pero los universitarios han determinado que tienen actividad antibacteriana moderada. De hecho, la teoría señala que podrían obtenerse antibióticos de las  especies de Physalis.  


 


La investigadora del Departamento de Productos Naturales del IQ reconoció que en el mercado de medicamentos hay una amplia variedad de antibióticos, y parecería no haber razón para buscar más. Sin embargo, existe un problema grave porque las bacterias han adquirido resistencia a muchos de ellos y entonces es necesario descubrir otros que no presenten ese problema.


 


Las investigaciones con Physalis comenzaron en el año 2000 y hasta el momento se han analizado químicamente alrededor de nueve especies (de las entre 90 y 120 existentes, de las cuales 70 se encuentran en México) y se han encontrado compuestos importantes.


 


Emma Maldonado detalló que, en colaboración con Carlos Eslava Campos de la Facultad de Medicina, se han realizado diversas pruebas de actividad antibacteriana con Staphylococcus aureus, bacteria que causa infecciones leves de la piel y otras más severas como neumonía, y Staphylococcus epidermis.


 


Se utilizaron diversas cepas y algunos extractos tuvieron buena actividad, pero aún falta profundizar en su estudio y ensayar con compuestos puros, aclaró. %u201CEl problema es que las plantas tienen cientos de ellos, de los que generalmente solo se aíslan los más abundantes y en ocasiones los activos están en una cantidad mínima, que no permite su aislamiento%u201D, puntualizó.


 


Mencionó que en Estados Unidos hay un grupo que también ha trabajado Physalis.  Ellos aislaron compuestos que tienen propiedades quimiopreventivas (para prevenir enfermedades). Ante ello, adelantó, hay amplias posibilidades de que los compuestos que se han aislado en el Instituto de Química tengan propiedades similares o algunas otras, como antibacteriana o anticancerígena.

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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