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La cerveza en la dieta mediterránea

En la dieta mediterránea predominan alimentos obtenidos de cultivos tradicionales de esta zona geográfica como el trigo, el olivo o la vid. Los alimentos que constituyen la base de esta alimentación son:

·        El pan y la pasta, como principales fuentes de hidratos de carbono.

·        Vino y cerveza en cantidades moderadas durante las comidas.

·        Las frutas, hortalizas y legumbres  con su aporte de fibra y antioxidantes.

·        El pescado, las aves de corral, los productos lácteos y los huevos como principal fuente de proteínas y un menor consumo de carnes y grasas animales.

Junto con los alimentos, el estilo de vida mediterráneo se complementa con ciertos hábitos como ejercicio, paseos al sol, siestas o tertulias. Además de la Península Ibérica, países como Francia, Italia, Chipre, Grecia, Albania o el norte de África también se benefician de esta forma de vida.

Su descubrimiento como dieta saludable se inició a partir de estudios nutricionales en Grecia donde se encontró menor incidencia de arteriosclerosis, enfermedades cardiovasculares y degenerativas, además de una mayor esperanza de vida en los habitantes de aquella región.

Asimismo, se ha comprobado que las personas que siguen una dieta mediterránea y consumen suplementos como aceite de oliva virgen o frutos secos, tienen menor riesgo de desarrollar diabetes.

Desde la antigüedad, bebidas fermentadas como la cerveza se han ligado a la alimentación mediterránea. Por esta razón, no es extraño que su consumo moderado forme parte de una alimentación saludable y equilibrada. Ciudadanos de la región mediterránea, a diferencia de otras partes del mundo, acompañan el consumo de verduras, legumbres, pescado y actividad física, con el consumo moderado de cerveza.

Basándose en estos antecedentes, de 1958 a 1964 se realizó una importante investigación dirigida por Ancel Keys donde se comparaban tres países mediterráneos (Yugoslavia, Italia y Grecia) con cinco no mediterráneos (EE UU, Japón, Finlandia y Países Bajos). Los resultados del estudio mostraron una clara relación entre las características de la dieta y la salud de su población.

A pesar de todos estos beneficios, los cambios relacionados a los nuevos estilos de vida dificultan seguir las pautas de una dieta mediterránea, pues las personas no pueden destinar mucho tiempo a cocinar y a mantener la dieta tradicional. Por último, es importante mencionar que esta dieta tiene un efecto óptimo en la salud cuando se combinan todos los elementos.

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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