México, D.F.- (Redacción Salud Mundo de Hoy).- El alcoholismo prolongado y la infección por hepatitis C son algunas de las causas más comunes. Otras pueden ser la hepatitis B, medicamentos, inflamación autoinmune del hígado, trastornos en el sistema de drenaje del hígado (sistema biliar) y trastornos metabólicos de hierro y cobre (conocidos como hemocromatosis y enfermedad de Wilson).
La cirrosis provoca la disfunción y la cicatrización del hígado, lo que acarrea muchas complicaciones, entre las que se pueden mencionar: acumulación de líquido en el abdomen (ascitis), trastornos de sangrado (coagulopatía), aumento en la presión de los vasos sanguíneos del hígado (hipertensión portal) y confusión o cambio en el nivel de conciencia (encefalopatía hepática).
Es consecuencia de una enfermedad hepática complicada, por lo que las medidas de prevención se enfocan al control de hábitos que puedan derivar en un daño al hígado, como el consumo excesivo de alcohol y el uso de drogas intravenosas, cuya administración implica el riesgo de contagio con hepatitis B.