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Palabras del director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)

Palabras del director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), maestro Juan Francisco Molinar Horcasitas, en la ceremonia de inauguración de la VI Reunión Ordinaria del Consejo Nacional de Salud, en el estado de Durango.
 
Durango, Durango a 3 de julio de 2008
 
Maestro Juan Molinar Horcasitas, Director General del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) (JMH): Muy buenos días a todos, señor Contador Público don Ismael Alfredo Hernández Deras, Gobernador Constitucional del estado de Durango, muchas gracias por su hospitalidad. Por esta grata reunión que abre la temporada de la feria.
 
Doctor José Ángel Córdova Villalobos, señor Secretario de Salud. Doctora doña Elvia Patricia Herrera Gutiérrez, Secretaria de Salud del estado de Durango, muchas gracias por sus palabras de bienvenida.
 
Señoras, señores, amigos.
 
Nye Bevan uno de los grandes impulsores de los servicios públicos de salud en el mundo, del National Health Service Británico, ejemplo de desarrollo en ese tema durante prácticamente tres cuartos de siglos, señaló que ninguna sociedad puede legítimamente autoproclamarse como civilizada, si a una persona enferma se le niega la atención médica por falta de recursos.
 
Es una gran verdad, pero también es un gran reto, un reto que exige la determinación moral de dar atención médica, a todo el que la necesite. Pero que también exige buena técnica y buena administración. Los mexicanos, ya tomamos la decisión moral, ahora debemos buscar la eficiencia que nos permita, hacer el deber ser.
 
Como es sabido por todos nosotros, la cobertura universal de salud es ya un mandato legal, y tiene la fecha de 2011 esperándonos. Este Consejo Nacional, está llamado a ser el foro privilegiado para conducir el debate responsable y profesional, que nos lleve acordar los términos en que se brindará esa cobertura.
 
Que actualmente, hay que decirlo, el Sistema Nacional de Salud presenta múltiples problemas derivados principalmente de su excesiva fragmentación. Somos muchos los prestadores de servicios de salud, y la verdad es que no existe un mecanismo de coordinación que nos permitan en este momento, presentar una estrategia de salud.
 
La fragmentación, tiene virtudes, pero también tiene costos, y en ese caso implica una gran cantidad de duplicidades. Hoy sabemos, que por lo menos, 20 millones de mexicanos, no tienen un seguro de acceso a servicios de salud provistos por el estado, pero sentimos que pueden ser muchos más.
 
Dije por lo menos, pues la verdad es que las cifras anegadas de personas con acceso algún sistema de salud, no se han depurado completamente, para descontar a quienes tienen acceso a 2 o 3sistemas y que nos harían mover la cifra de personas sin acceso a los servicios de salud por encima de la cifra que oficialmente estamos viendo.
 
Para colmo, esa redundancia, no aporta valor agregado al derechohabiente, o aporta un valor agregado muy escaso, incomparable con los costos adicionales innecesarios que le representa al sistema y que impiden expandir la cobertura con mayor rapidez, y mejorar la calidad con mayor decisión.
 
Los costos redundantes de nuestro sistema, empiezan en la sobre contratación  de personal administrativo y  terminan en el uso subóptimo de una infraestructura claramente escasa, pero pasan por duplicaciones en la realización de estudios y diagnósticos, y por la pérdida de productividad de nuestro personal médico, elemento esencial del objetivo que buscamos.
 
De hecho, somos el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que dedica un mayor porcentaje del gasto en salud a cuestiones administrativas, gastamos 10.8 por ciento del total que invertimos en salud, en asuntos administrativos. Eso es, 3 puntos porcentuales más de los que gastan los Estados Unidos, el país más rico y poderoso del mundo, en el sistema de salud más grande, pero también quizá, más ineficiente en el mundo.
 
Son 7 puntos más de lo que gastan, los países más eficientes en su sistema de salud, Noruega, Suecia, Italia. 
 
Nuestra labor como servidores públicos en este tema, es encontrar caminos adecuados para utilizar el dinero con el que contamos de una manera más eficiente.
 
Una vez que hayamos logrado ese objetivo, podremos salir a la sociedad a solicitar los recursos extra que se van a requerir para lograr nuestros objetivos, pero primero tenemos que mostrar que somos capaces de generar una administración eficiente del sistema de salud.
 
Creo que para hacer eso, debemos enfocarnos en dos conceptos: portabilidad y convergencia.
 
Portabilidad, desde la perspectiva del usuario, significa que en la cobertura de salud a la que tiene derecho o tenga derecho, pueda ser obtenida en cualquiera de las instituciones proveedoras del servicio de salud en el país y yo agregaría, públicas o privadas, federales o estatales.
 
Convergencia, significa desde el punto de vista de los proveedores de servicios de salud, de los aseguradores de esos servicios de salud, de sus financiadores, una mayor y mejor coordinación, el uso compartido de recursos, la reducción de costos administrativos y al final, y esto creo que es lo más importante, la formación de un verdadero mercado de servicios de salud nacional profundo y robusto.
 
El camino para dar plena portabilidad al sistema, para alcanzar un nivel óptimo de convergencia, será sin duda largo, por eso hay que apurarnos, la verdad es que bajo la rectoría del Secretario de Salud, ya se ha hecho.
 
Por eso debemos apoyar nuestros esfuerzos dirigidos a elaborar guías de práctica médica, como los ha venido conduciendo, a establecer la interconexión plena de los expedientes clínicos, de todos los pacientes en todo el sistema, a maximizar el desarrollo de la infraestructura, y a las demás tareas que nos ha venido señalando que hemos venido realizando bajo la rectoría de la Secretaría de Salud.
 
Pero creo que también debemos apoyarnos todos en otros pasos fundamentales, voy a mencionar aquí dos que dejo como una propuesta: primero, es la elaboración de un solo padrón de usuarios y derechohabientes, esa es una condición para darle portabilidad al derecho.
 
Lo primero que debemos de saber es quién tiene el derecho y quién no, y un padrón específico de usuarios en donde se determine la clase de cobertura a la que tiene derecho es indispensable.
 
Para lograrlo no hay grandes dificultades técnicas, esa es la verdad, las dificultades serían, en todo caso, políticas; necesitamos la debida cuota de voluntad política y de generosidad entre nosotros para aportar a nuestros padrones un poquito de técnica y algo de dinero para lograr, en relativamente poco tiempo, que se logre.
 
El segundo paso fundamental que me permito proponer es el establecimiento de un sistema de precios, que le permita a todos los aseguradores o financiadores de los sistemas de salud que existen en el país, ya sea el Seguro Popular, el ISSSTE, el IMSS o cualquiera de los sistemas estatales de salud, comprar y vender servicios en cualquiera de los otros prestadores de servicios médicos.
 
La meta de la cobertura universal difícilmente será alcanzada sin el concurso simultáneo de todos los proveedores; este objetivo presenta dificultades de coordinación inmensas, nos resultaría prácticamente imposible lograr una cobertura no redundante, y por lo tanto ineficiente de toda la población sin dejar a nadie afuera y sin duplicar a nadie, sólo por la vía de coordinaciones administrativas.
 
El único esquema que nos va a permitir hacerlo es, en un extremo, la unificación de todo el sistema de salud en uno solo, yendo a contracorriente de la dirección federalista que ha seguido el sistema de salud de las últimas décadas.
 
Y en el otro extremo, la formación de un verdadero mercado de servicios de salud. Para ello hay un punto que es indispensable los mercados requieren señales claras y eso son los precios.
 
Creo que debemos concentrar un esfuerzo grande para que todas las instituciones de salud, en algún plazo razonable, podamos tener precios que resulten eficientes en el interior de la organización y nos permitan el intercambio de servicios de salud entre todos nosotros, generando un sistema de financiamiento y pago posterior, que ese podría ya ser relativamente sencillo.
 
Dos pasos que propongo que se revisen: un solo padrón y un sistema de precios que nos permitan llegar a la formación de un mercado profundo y robusto.
Me queda claro que ninguna de esas dos tareas es sencilla, pero creo que ambas son indispensables. Si las realizamos bien y pronto, podremos acercando al cumplimiento de nuestro compromiso ético, de nuestra visión moral ya tomada de darle cobertura universal de salud a todos los mexicanos.
 
Lograr que ellos tengan servicios de salud cuando lo necesiten, sin distingo alguno, será el mejor legado que como generación podremos dejar a los que vengan después de nosotros. Es nuestra obligación convencer a la sociedad de que vale la pena invertir en nosotros y en nuestro futuro como sistema nacional de salud.
 
En el Instituto estamos haciendo nuestra parte y la seguiremos haciendo bajo la rectoría del señor Secretario de Salud. Yo estoy seguro de que todos en este Consejo Nacional de Salud tenemos mucho que aportar para pavimentar el camino a una meta verdaderamente focal: lograr en el 2011 que todos los mexicanos tengan acceso a algún servicio de salud.
 
Muchísimas gracias.

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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