Depresión enfermedad mental que afecta el organismo y estado de ánimo
Existen medicamentos antidepresivos y psicoterapias, pero el más adecuado depende de cada persona y sólo un médico especialista puede definirlo
Ante el hecho de que la depresión es una enfermedad en la que se altera la visión de cómo uno se valora a sí mismo y la forma de pensar, afecta el organismo, el estado de ánimo y la forma de concebir la realidad, por lo que durante esta época decembrina, y ante la llegada de fin de año, la población que sufre este problema tiene mayor riesgo de recaídas, debido a que le afecta en gran medida no haber cumplido todos sus propósitos.
Por ello, el paciente debe mantener su tratamiento con el médico especialista, de lo contrario los síntomas pueden empeorar y afectar aún más su vida y de quienes le rodean.
La doctora Inés Nogales Imaca, adscrita a la Clínica de Trastornos Emocionales de Consulta Externa del Hospital Psiquiátrico Infantil %u201CDoctor Juan N. Navarro%u201D, de la Secretaría de Salud, señaló que durante esta época navideña es muy común que la población en general sienta nostalgia, tristeza y hasta un poco de %u201Csentimiento de culpa%u201D por no haber cumplido sus propósitos, pero conforme pasan los días supera este estado de ánimo y vuelve a sus actividades normales.
No obstante, si ese estado pasajero de tristeza se prolonga en el tiempo o sus síntomas se agravan impidiendo el desarrollo adecuado de la vida cotidiana, se puede convertir en un trastorno depresivo.
Esta situación se presenta, sobre todo, en personas que padecieron depresión en la infancia o la adolescencia, quienes les queda una vulnerabilidad que implica una vida adulta con menos amistades, menos redes de apoyo, mayor estrés y menor alcance educacional, ocupacional y económico.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión pasará del cuarto lugar en 2000, al segundo sitio en 2020 como causa de incapacidad, detrás de las enfermedades isquémicas, como infartos, insuficiencia coronaria y accidente cerebrovascular, mientras que en los países en desarrollo se ubicará en el primer sitio como carga de enfermedad.
A pesar de que no todas las personas experimentan lo mismo, los síntomas comunes van desde un estado de ánimo triste, ansioso o %u201Cvacío%u201D en forma persistente, hasta pensamientos de muerte o suicidio, acompañados de desesperanza, pesimismo, sentimientos de culpa, de inutilidad, desamparo, pérdida de interés o de placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban.
Puede haber disminución de energía, fatiga, agotamiento, sensación de estar %u201Cen cámara lenta%u201D, dificultad para concentrarse, recordar, tomar decisiones, insomnio, despertarse más temprano o dormir más de la cuenta, pérdida de peso, apetito o ambos o, por el contrario, comer más de lo habitual y aumento de peso, así como síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento médico como dolores de cabeza, trastornos digestivos y otras alteraciones crónicas.
La depresión severa es más común entre los 15 y 30 años, pero puede presentarse a cualquier edad, incluso en niños y ancianos. Los factores psicológicos, biológicos, ambientales y circunstanciales influyen en su desarrollo porque en algunas familias se presenta en cada generación.
También afecta a personas sin una historia familiar de esta patología o a partir de algún evento como la muerte de un ser querido; un cambio fuerte en el estilo de vida; estrés; abuso de drogas y alcohol o por enfermedades graves, sobre todo accidentes cerebro-vasculares, ataques del corazón, cáncer, Parkinson y trastornos hormonales entre otros.
Existen muchos tratamientos para su control: medicamentos antidepresivos y psicoterapias, pero el más adecuado depende de cada persona y sólo el médico especialista puede definirlo.
Los pensamientos negativos desaparecen poco a poco con el tratamiento; mientras tanto, se pueden aminorar con recomendaciones como el fijar metas realistas y no asumir una cantidad excesiva de responsabilidades, establecer prioridades, estar acompañado, participar en actividades recreativas, hacer ejercicio liviano, no tomar decisiones importantes hasta que la depresión mejore y aceptar la ayuda de familiares y amigos
La familia o amigos deben asegurarse que el paciente tome el medicamento y lo ayuden a obedecer las órdenes del médico, lo cual implica comprensión, paciencia, afecto y estímulo, además de no minimizar los sentimientos que la persona deprimida expresa y no presionarla para que mejore rápido, ni acusarla de fingir la enfermedad.