México D. F.- La cistitis intersticial es una afección dolorosa causada por inflamación de los tejidos de la pared de la vejiga y no se conoce su causa. Se diagnostica generalmente descartando otras enfermedades, tales como las de transmisión sexual, cáncer de vejiga o infecciones vesicales.
Esta enfermedad con frecuencia se diagnostica en forma errada como infección de las vías urinarias y los pacientes a menudo pasan años sin un diagnóstico correcto. En promedio, hay un retraso de cuatro años entre el momento de aparición de los primeros síntomas y el diagnóstico. En la cistitis intersticial, la vejiga no retiene la cantidad normal de orina que típicamente debiera.
La cistitis aparece generalmente alrededor de los
Los principales síntomas de la cistitis intersticial:
- Micción frecuente (hasta 60 veces al día en los casos graves)
- Urgencia urinaria
- Molestia urinaria
- Relación sexual dolorosa
- Dolor pélvico
El diagnóstico requiere de algunas pruebas esenciales, como análisis de orina, cultivo de orina y examen de citología en orina. También se realiza la cistoscopia (endoscopia de la vejiga) y la biopsia de la vejiga. El hallazgo característico de la cistitis intersticial durante la cistoscopia es un sangrado diminuto en el revestimiento de la vejiga o úlceras en la pared vesical.
Un procedimiento llamado videourodinámica puede revelar qué tanta cantidad de orina es necesaria que esté en la vejiga antes de que el paciente sienta la necesidad de orinar. No existe cura ni hay un tratamiento estándar o efectivo permanente para la cistitis intersticial. Los resultados pueden variar de una persona a otra, y mientras se desconozcan las causas de esta afección, los tratamientos se basarán en ensayo y error hasta que se encuentre el alivio.
Existen medicamentos específicos para el tratamiento de este problema, cuya función es recubrir la vejiga de la misma manera que algunos antiácidos lo hacen con el estómago. Otros medicamentos indicados son la amitriptilina, que puede aliviar el dolor y la frecuencia urinaria; el embonato de hidroxizina, un antihistamínico que ocasiona sedación y ayuda a reducir la frecuencia urinaria y algunos analgésicos opiodes para el dolor intenso.
Otras terapias contemplan la aplicación directa de fármacos en la vejiga, como el sulfóxido de dimetilo, la heparina, clorpactina, lidocaína, doxorubicina o vacuna del bacilo Calmette-Guerin.
Cuando el tratamiento farmacológico no es suficiente, debe recurrirse a la cirugía, que puede ir desde la manipulación cistoscópica hasta la extirpación de la vejiga (cistectomía). Otras técnicas, como la hidrodistensión vesical (llenar la vejiga con líquido), el entrenamiento de la vejiga (utilizando técnicas de relajación para orinar en momentos específicos) y la fisioterapia y biorregulación (que pueden ayudar a aliviar los espasmos musculares en el piso pélvico) también son opciones.
Algunos pacientes encuentran que los cambios en la dieta pueden ayudarles a controlar los síntomas. La idea es evitar los alimentos y bebidas que puedan causar irritación en la vejiga. A continuación se presentan algunos de los alimentos que
Algunos quesos, crema ácida, yogur, chocolate, cebolla, tofu, soya, habas, tomates, carnes procesadas, alcohol, jugos de cítricos, café, té y edulcorantes artificiales.
Los resultados del tratamiento varían. Algunas personas responden bien a los tratamientos simples y a los cambios en la dieta, mientras que otras pueden requerir tratamientos extensos o cirugía.
