México, D. F., 13 de diciembre (Redacción Salud Mundo de Hoy).- El jefe del servicio de Infectología del Centro Médico Nacional “La Raza”, el doctor José Luis Fuentes Allen, advirtió que el sexo no protegido representa uno de los mayores factores de riesgo para contraer la hepatitis “B”, enfermedad incurable y que en el largo plazo puede derivar en cirrosis o cáncer de hígado.
El especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indicó que las personas con múltiples parejas sexuales y quienes consumen drogas por vía intravenosa constituyen los grupos más expuestos al riesgo de contraer la enfermedad. Sin embargo, explicó, existen otras vías de transmisión menos comunes, como el uso de agujas, rastrillos, máquinas rasuradoras, instrumental dental y material de acupuntura infectado, así como los instrumentos para realizar tatuajes y perforaciones (“piercing”).
La hepatitis “B” implica una alta concentración del virus en la sangre (alta viremia), por lo que en su etapa más activa se puede contraer mediante el semen, el fluido vaginal, la sangre menstrual, e incluso la saliva. Los llamados “besos apasionados” pueden convertirse en un factor de riesgo, sobre todo si hay sangrado en las encías (gingivitis).
El virus puede permanecer por varios años en el organismo sin producir molestias aparentes, así que el riesgo de propagación del virus es muy alto. La enfermedad suele manifestarse cuando la función hepática ya presenta daños importantes. Los síntomas de la hepatitis “B” son: fatiga crónica, náusea, fiebre, vómito, dolor en el vientre, falta de apetito, orina oscura y una coloración amarillenta en la piel.
Por desgracia, el diagnóstico frecuentemente se realiza de manera casual, cuando la fatiga se agrava al grado de afectar las actividades cotidianas o bien cuando se intenta donar sangre.
De acuerdo con el doctor Fuentes Allen, la forma más elemental de prevenir un posible contagio de hepatitis “B” es la monogamia, además del uso del condón y, por supuesto, evitar el consumo de drogas, especialmente las inyectables. Otra medida importante es la vacunación contra la enfermedad, que debe aplicarse a los dos, cuatro y seis meses de edad.
Como ya se mencionó, la hepatitis “B” es incurable, así que los medicamentos sólo ayudan a controlar la enfermedad y tratan de mantenerla inactiva, con el objetivo de que el paciente tenga una mejor calidad de vida.
vmgc