“Nunca habrá una cura mágica para el cáncer”, Paul Nurse
México, D. F., 24 de octubre (Redacción Salud Mundo de Hoy).- “Es un peligro que los científicos sean demasiado optimistas” en cuanto a la cura del cáncer, afirmó en una entrevista para la agencia EFE el científico británico Paul Nurse, premio Nobel de Medicina 2001.
El científico dejó claro que aunque el conocimiento sobre el cáncer vaya mejorando poco a poco,”nunca habrá una cura mágica” para la enfermedad. “No te creas a los que te digan que hay una cura mágica a la vuelta de la esquina ni a los que dicen conocer el cáncer y que hay que parar de investigar e intentar entender mejor la enfermedad”, señaló.
Nurse, acreedor del galardón sueco por sus trabajos sobre la división celular, dijo que las investigaciones que se han venido realizando en los últimos 30 años se han centrado en entender y conocer de manera más profunda la enfermedad y subrayó la importancia de seguir trabajando en ese ámbito como “primer paso” para vencer el cáncer, pues la enfermedad “no se puede arreglar si no sabes cómo funciona”.
El científico, quien actualmente trabaja en sus laboratorios de Londres y Nueva York, comentó que en el futuro los avances se darán en el campo del diagnóstico, lo que llevará a identificar de manera específica los diferentes tipos de tumores. Los avances también tendrán que ver con el desarrollo de fármacos que ataquen únicamente a las células afectadas y no a las normales, como sucede en la actualidad.
El experto hizo énfasis en los beneficios de que una cultura de prevención entre la población: “Tenemos que entender mejor los efectos del ambiente y el estilo de vida en la aparición del cáncer y cómo el bagaje genético de una persona puede responder de forma diferente al medio ambiente que le rodea. En 20 ó 30 años seremos capaces de dar mejores consejos para prevenir la enfermedad”.
En cuanto a la investigación con células madres embrionarias para la lucha contra el cáncer, a la que algunas instituciones tachan de anti-ética, Nurse opinó que las personas que se oponen a este tipo de investigación están negando la esperanza a quienes padecen la enfermedad y que responden más a cuestiones religiosas y políticas que a la moral, pues “lo que no sería ético es no trabajar con este tipo de células”.