México ocupa mundialmente el segundo lugar en casos de mielomeningocele
México D.F., de 3 julio (Redacción Salud Mundo de Hoy).- México ocupa el segundo sitio en casos de mielomeningocele, la cual es una malformación congénita del sistema nervioso, según información del Servicio de Medicina de Rehabilitación del Instituto Nacional de Pediatría (IPN).
De acuerdo con el doctor Alejandro Medina Salas, jefe del Servicio de Medicina de Rehabilitación del Instituto Nacional de Pediatría (IPN), este padecimiento se presenta en uno de cada 1000 nacidos que sobreviven.
Esta alteración congénita afecta a la formación de la columna vertebral y ocasiona que la médula espinal y las membranas (meninges) queden desprotegidas, por lo que se puede detectar una especie de "bolsita" en la espalda del recién nacido, aunque en algunas ocasiones este padecimiento se puede presentar ligeramente plano.
Entre las complicaciones que ocasiona esta malformación están: incotinencia urinaria e intestinal, luxación de cadera, parálisis en piernas, falta de sensación de tacto al dolor, déficit neurológico o hidrocefalia (aumento de tamaño de los ventrículos cerebrales), estos problemas varían dependiendo el área en donde se ubique la malformación.
El doctor Medina Salas señaló que antes de iniciar cualquier tipo de tratamiento, es necesario que se someta al recién nacido a una intervención quirúrgica, la cual deberá realizarse durante la primeras 36 horas posteriores al nacimiento.
Para atender el mielomeningocele, se requiere también el apoyo de diversos especialistas como urólogos, genetistas, ortopedistas, pediatras, gatroenterólogos, neurólogos, neurocirujanos, así como también profesionales en salud mental y rehabilitación.
Para evitar posibles complicaciones, los niños que padezcan este problema deberán llevar un control médico de por vida y periódicamente realizarles estudios de orina y de imágenes para controlar el buen funcionamiento de su organismo.
Aunque esta alteración es multifactorial, estudios recientes han demostrado que el consumo de ácido fólico durante los tres meses previos a la gestación y durante el embarazo diminuyen el riesgo de presentar esta malformación congénita.