Sin importar raza o lugar del mundo que se habite, un estudio reveló que los padres con malestares cardiacos pueden duplicar el riesgo de heredar a los hijos sus problemas.
El estudio, que fue publicado en el Journal of the American College of Cardiology e incluyó a pacientes de 52 países, reveló también que si los padres sufrieron de un ataque cardiaco, aunque sus hijos tengan un estilo de vida saludable, nada les garantiza que no vayan a sufrir alguno.
“Este estudio refuerza el rol importante de la historia familiar como uno de los factores de riesgo más importantes, además de otros factores conocidos y modificables”, comentó a la agencia Reuters Health el investigador Christopher O’Donnell, de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Para el experto este estudio revela la importancia de corregir los malos hábitos en las familias para evitar que se sigan dispersando los males cardiacos.
El estudio estuvo dirigido por Salim Yusuf, de la McMaster University en Ontario, Canadá, e incluyó a 12.000 pacientes de todos los continentes que estaban en tratamiento por haber sufrido un primer infarto entre 1999 y el 2003, además de 15 mil pacientes sanos como grupo de control.
Cerca del 18 por ciento de aquellas personas que sufrieron un ataque cardiaco tenían padres con antecedentes. Mientras que un 12 por ciento del grupo de control.
El resultado se mantenía cuando el paciente había tenido sólo un padre con antecedente cardiaco, pero cuando los dos padres sufrieron el riesgo se volvía mucho mayor.
El estudio, que fue publicado en el Journal of the American College of Cardiology e incluyó a pacientes de 52 países, reveló también que si los padres sufrieron de un ataque cardiaco, aunque sus hijos tengan un estilo de vida saludable, nada les garantiza que no vayan a sufrir alguno.
“Este estudio refuerza el rol importante de la historia familiar como uno de los factores de riesgo más importantes, además de otros factores conocidos y modificables”, comentó a la agencia Reuters Health el investigador Christopher O’Donnell, de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Para el experto este estudio revela la importancia de corregir los malos hábitos en las familias para evitar que se sigan dispersando los males cardiacos.
El estudio estuvo dirigido por Salim Yusuf, de la McMaster University en Ontario, Canadá, e incluyó a 12.000 pacientes de todos los continentes que estaban en tratamiento por haber sufrido un primer infarto entre 1999 y el 2003, además de 15 mil pacientes sanos como grupo de control.
Cerca del 18 por ciento de aquellas personas que sufrieron un ataque cardiaco tenían padres con antecedentes. Mientras que un 12 por ciento del grupo de control.
El resultado se mantenía cuando el paciente había tenido sólo un padre con antecedente cardiaco, pero cuando los dos padres sufrieron el riesgo se volvía mucho mayor.
