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Lesiones en los niños: las historias detrás de las estadísticas
El sufrimiento que aflige a los padres, hermanos, abuelos y amigos de las víctimas es incalculable. Este tipo de tragedias cambian irrevocablemente las vidas.
A continuación se exponen seis casos de niños que sufrieron lesiones o fallecieron por causas evitables. Las historias, extraídas del World report on child injury prevention, nos recuerdan que detrás de las estadísticas hay rostros, familias y vidas reales. En ellas se insiste en que si se hubieran adoptado medidas de prevención como las que se describen en el informe mundial o hubiera habido servicios médicos de urgencia accesibles, se habría podido evitar una enorme cantidad de sufrimiento.
En un breve momento en que su madre estaba ocupada, Harrison, un niño de 18 meses, abrió un envase de detergente para lavavajillas y se tragó parte del polvo. Sobrevivió, pero las consecuencias permanentes de sus lesiones han hecho muy complicada su alimentación y han cambiado su vida y las vidas de los miembros de su familia.
El joven Sohel trepó al tejado de una mezquita para echar un vistazo a las obras de renovación. Se tropezó con materiales de construcción, cayó y murió. Tenía 14 años de edad y era el principal sostén de su familia.
Deana murió a la edad de 17 años, mientras trataba de cruzar una calle muy transitada de Maadi. No había ningún cruce de peatones, y un autobús en exceso de velocidad la impactó y la mató. Se dirigía a una fiesta de cumpleaños con cuatro amigas.
Martha, de seis años de edad, cayó dentro de un pozo sin cubrir. Como resultado de la caída, ahora tiene una discapacidad mental y necesita ayuda para todas sus necesidades diarias. Su hermano mayor, Juan, que se siente responsable del accidente, ha abandonado la escuela.
Ruby se recuperó milagrosamente después de estar a punto de ahogarse en la piscina de su casa cuando tenía 14 meses. Sin embargo, han dicho a su familia que si a largo plazo la niña sufre algún daño neurológico, éste quizá sólo se manifieste cuando Ruby empiece la escuela.
A la edad de 13 años, Vusi sufrió graves quemaduras cuando una vela que alumbraba su cuarto se cayó y provocó un incendio. Le han quedado cicatrices permanentes en el rostro, las manos y el pecho.