Santiago de Chile es la ciudad del Cono Sur donde más agresiones y discriminación ha registrado la encuesta realizada entre los asistentes a la Marcha del Orgullo Gay que, con la misma metodología, también se realiza en Argentina o Brasil: si en Río de Janeiro y Sao Paulo la cifra varía entre 70 y 72.1 por ciento, en la capital chilena el dato marca 80.3 por ciento.
De acuerdo con una nota del diario local La Nación, se trata de uno de los más %u201Cpreocupantes indicadores%u201D que recogió el libro Política, derechos, violencia y diversidad sexual: primera encuesta del orgullo y diversidad sexual-Santiago 2007, informe resultante de la %u201Cinédita%u201D colaboración entre el Centro Latinoamericano de Sexualidad y Derechos Humanos (CLAM), la Escuela de Psicologías Universidad Católica del Norte (UCN) y el Movimiento Unificado de Minorías Sexuales (MUMS).
Violencia
%u201CEn los últimos diez años, pese a los avances en visualización y menor temor a expresarse y reconocerse públicamente ante la sociedad, los índices de homofobia, discriminación y agresiones siguen siendo muy altos. Más de lo que uno esperaría y más institucionalizada de lo que se pensaba”, sostiene Jaime Barrientos, académico de la UCN y coordinador del libro que ayer fue presentado, a fines de noviembre, en la Universidad Arcis.
Gays, lesbianas, transexuales y travestis lo sufren a diario. Ocho de cada diez personas encuestadas en la marcha del año pasado declararon haber sufrido alguna vez en su vida algún hecho de violencia debido a su orientación sexual, con un 84.4 por ciento de agresiones, 40 por ciento de ellas provenientes de personas conocidas. Sólo un 7.4 por ciento hizo la denuncia ante la autoridad y un 13.7 por ciento nunca lo contó a su entorno.
El estudio indica que el 33.1 por ciento de los encuestados ha sido objeto de discriminación en su ambiente religioso original, otro 33.1 por ciento por sus vecinos y un 33 por ciento por sus vecinos en su lugar de estudios. El 29.8 por ciento declaro haber sido marginado, excluido de su ambiente familiar y el 26.3 por ciento por el grupo de amigos.
En maltrato físico y psíquico es encabezado por el cuerpo policiaco conocido como Carabineros con un 21.7, la Policía de Investigaciones anota un 12 por ciento, los servicios de salud un 15.8 por ciento y los guardias de seguridad marcan 14.5 por ciento.
Al 16.1 por ciento les fue prohibido su ingreso o permanencia en algún local comercial o centro de entretención, al 10.2 por ciento les impidieron donar sangre y el 12.2 por ciento fue despedida del trabajo o no pudo obtener empleo debido a su orientación sexual.
Ley antidiscriminación
Los datos del estudio, expresan Barrientos y el propio CLAM, envían una clara señal a que la autoridad redoble esfuerzo para diseñar %u201Cbuenas políticas públicas%u201D y a que se discutan y aprueben leyes como la de antidiscriminación que aborden un tema que la citada recoge parcialmente.
%u201CSi bien los resultados recogen características, experiencias y opiniones de un sector visible de la población de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales que se movilizan para participar en las marchas, la vasta mayoría de esa población permanece silenciado por los sutiles mecanismo de exclusión que la obligan a mantener su identidad sexual oculta”, concluye el informe. “Hay mucho por hacer, mucho que avanzar”, cierra el académico de la UCN.
