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Piercing y tatuajes, un riesgo para la salud en México.

En México por cada paciente con  VIH / SIDA,  existen cuatro con Hepatitis C
 
La realización de tatuajes y perforaciones corporales representa un riesgo de salud para los mexicanos debido al escaso conocimiento entre la población y autoridades alrededor de estas prácticas. Particularmente los jóvenes, quienes viven un momento de autoexploración y autoconocimiento, son la población más vulnerable ante las enfermedades que pueden ser transmitidas por estas vías.
 
Y es que para hacerse un tatuaje (incluidos los estéticos en labios, cejas y ojos) o un %u201Cpearcing%u201D, se requiere causar una herida expuesta sobre la piel y el cuerpo, generalmente con objetos metálicos como agujas y navajas. Esto representa un riesgo para las personas porque es, precisamente, a través de la sangre como se transmiten enfermedades como Hepatitis C y VIH/SIDA, ambas mortales si no se detectan y tratan a tiempo.
 
Si además estas prácticas se llevan a cabo en condiciones poco higiénicas, se potencian los riesgos de adquirir alguna o ambas enfermedades. Estos virus pueden estar presentes tanto en el instrumental utilizado como en las piezas, tinta e implementos utilizados por tatuadores y perforadores. Ellos mismos pueden ser fuente de contagio, si no toman las medidas de higiene y seguridad necesarias.
 
En México, sin embargo, adquirir el virus de la Hepatitis C puede ser más peligroso que contagiarse de VIH/SIDA. Lo anterior porque, de acuerdo con cifras oficiales, la estimación de contagios de Hepatitis C es cuatro veces mayor que la de VIH /SIDA: 1.5% de la población vs 0.3%, respectivamente [i] [ii]. Esto significa que en México existen alrededor de 1 millón 700 mil casos positivos para la prueba de Hepatitis C, mientras que para VIH SIDA hay cerca de 220 mil casos.
 
A pesar de que la Hepatitis C es curable, es una enfermedad que implica mayor riesgo que el VIH / SIDA para los mexicanos. Esto debido a que los pacientes que han adquirido el virus de la Hepatitis C tienen pocas opciones de acceso a tratamiento, a diferencia de lo que ocurre con los pacientes de VIH / SIDA, para quienes sí existe tratamiento dentro de los sistemas públicos de salud nacionales.
 
En México sólo las personas derechohabientes a los sistemas de salud como el IMSS, ISSSTE, Pemex, Sedena o aquellos que tienen posibilidades de pagar servicios privados tienen acceso a tratamiento contra la Hepatitis C. En los casos del IMSS e ISSSTE el tratamiento se otorga casi de manera exclusiva a los pacientes que padecen de forma simultánea Hepatitis C y VHI / SIDA.
 
Esto significa que, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud[iii], el 48 por ciento de la población (alrededor de 50 millones de personas no afiliadas a esquemas de protección social en salud) está en riesgo de sufrir afectaciones en su calidad de vida provocadas por el costo del tratamiento para la Hepatitis C, con lo que hasta 1 millón 700 mil mexicanos y sus familias puede caer en pobreza patrimonial y de esta manera afectar su desarrollo humano.
 
 
La poca información, el limitado acceso a tratamiento, las complicaciones médicas que conlleva y los elevados índices de prevalencia hacen de la Hepatitis C un grave problema de salud pública para los mexicanos. Esto aunado a que la Hepatitis C es una enfermedad silenciosa, es decir, no manifiesta síntomas regulares, lo que hace que su detección sea, en la mayoría de los casos, fortuita. Alrededor del 80% de los pacientes no sabe que ha adquirido el virus.
 
La Hepatitis C puede estar presente el cuerpo de las personas hasta por 10 o 15 años sin mostrar signos o, en otras palabras, la Hepatitis C se muestra cuando ha derivado en enfermedades severas como cirrosis y cáncer de hígado, ambas mortales y que ocupan lugares importantes entre los índices de mortalidad de nuestro país2 .
 
Los principales factores de riesgo para adquirir el virus de la Hepatitis C son los siguientes:
  • Transfusiones de sangre antes de 1995
  • Tener tatuajes (también pueden ser cosméticos como en cejas, ojos  labios) o perforaciones corporales
  • Uso de drogas intravenosas
  • Compartir jeringas u objetos punzocortantes como rastrillos, cortaúñas, etc.
  • Prácticas sexuales de alto riesgo (que impliquen contacto con la sangre)
  • Antecedentes familiares directos con Hepatitis C o Cirrosis
 

 Estadísticas del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH / SIDA. Con base en Dirección General de Estadística de la Secretaría de Salud, INEGI 2009.

2 %u201CSeroprevalencia de la hepatitis C en adultos de  México: ¿un problema de salud pública emergente?%u201D en Salud Pública de México, Vol. 49, suplemento 3 de 2007.  Valdespino, José Luis. Instituto Nacional de Salud Pública (INSP)

3 II Conteo de Población y Vivienda 2005, INEGI

 

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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