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México D. F.- Alguien tiene incontinencia urinaria cuando no puede controlar el deseo de orinar y puede ir desde una fuga ocasional hasta una incapacidad total para aguantar cualquier cantidad de orina. Entre las causas de este padecimiento se encuentran la debilidad de los músculos pélvicos, la acción de ciertos medicamentos y problemas como diabetes o insuficiencia cardiaca congestiva. Es más común en mujeres mayores de 50 años de edad, aunque también puede afectar a personas más jóvenes.
Existen dos tipos principales de incontinencia:
Incontinencia de esfuerzo: ocurre durante ciertas actividades como tos, estornudo, risa o ejercicio físico.
Incontinencia de urgencia: asociada a una necesidad imperiosa y repentina de orinar seguida de una contracción instantánea y la pérdida involuntaria de orina. No da suficiente tiempo entre el momento en que se siente la necesidad de orinar y el momento en que se da la descarga.
El entrenamiento de la vejiga es una técnica de comportamiento que se usa para tratar ambos tipos, pero es el médico quien debe ayudar a cada paciente a determinar qué tipo de incontinencia tiene y si el entrenamiento de la vejiga le puede ayudar o no.
Los beneficios del entrenamiento son los siguientes:
- Alarga la cantidad de tiempo entre las idas al baño
- Aumenta la cantidad de orina que la vejiga es capaz de sostener
Mejora el control sobre la urgencia de orinar
Los pacientes pueden pedirle a su médico que les ayude a desarrollar un programa de entrenamiento para la vejiga, el cual puede implicar llevar un control diario de su vejiga para registrar cuánto y con qué frecuencia se orina durante un período de 24 horas. Esta información le ayudará a su médico a crear un programa de tratamiento personalizado.
Durante el programa de entrenamiento de la vejiga el médico puede sugerir que el paciente lleve un registro del número de veces que pierde orina a gotas cada día para determinar si el entrenamiento está siendo útil.
Algunos de los métodos de entrenamiento más conocidos son los siguientes:
Ejercicios Kegel: estos son ejercicios que ayudan a fortalecer los músculos pélvicos, que se usan para interrumpir el flujo de orina. Consisten simplemente en apretar los músculos pélvicos, como si se estuviera tratando de parar el flujo de la orina. La contracción se mantiene durante 10 segundos y luego se descansa otros 10. El ejercicio se hace todos los días con unas 3 o 4 series de 10 contracciones cada una.
Aguantar para orinar: algunas personas que sufren de incontinencia de urgencia pueden aprender a esperar para orinar después de que sienten la urgencia de hacerlo. El primer paso es intentar aguantar las ganas de orinar durante cinco minutos cada vez que siente la urgencia.
Cuando sea fácil esperar cinco minutos para orinar, trata de aumentar el período de espera a diez minutos. Gradualmente se aumenta el período de espera hasta alargarlo a tres o cuatro horas. Cuando se tenga el deseo de orinar antes del periodo establecido, puede ser útil practicar técnicas de relajación (respirar profundo y despacio, concentrándose en la respiración hasta que las ganas de orinar desaparezcan%u201D. Los ejercicios Kegel también pueden ser de utilidad en este caso.
Idas al baño programadas: algunas personas controlan su incontinencia programando las idas al baño. Se puede comenzar yendo al baño cada hora e ir alargando el tiempo cada 30 minutos hasta que encuentre un horario que funcione.
El entrenamiento de la vejiga suele tomar entre tres y doce semanas. No hay que desanimarse si no se obtienen resultados inmediatos.