México D. F., 5 de Abril (Redacción LaSalud.com.mx).- Carlos Chan Núñez, coordinador de la clínica de trasplante de hígado del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición (INCMN) “Salvador Zubirán”, informó que el cáncer de páncreas es la cuarta causa de muerte por tumores, ya que la mayoría de las personas que lo padece fallecen.
Esta enfermedad afecta principalmente a los hombres mayores de 60 años, en su fase inicial no provoca ningún síntoma, por lo que la mayoría de los casos se diagnostica en etapas muy avanzadas. De acuerdo con el doctor Chan, los pacientes con tumores pequeños (menores de tres centímetros) tratados con cirugía son los que mejor pronóstico tienen, pues alcanzan una sobrevida de hasta cinco años.
El especialista en cirugía de páncreas explicó que si el cáncer es de cabeza de páncreas, los síntomas son más tempranos porque se obstruye la vía biliar, lo que ocasiona ictericia (piel de color amarillo). Si la enfermedad se desarrolla hacia el cuerpo o la cola del páncreas, hay pérdida de peso y dolor abdominal. Los síntomas tardan más en manifestarse, pero cuando aparecen es porque ya está en etapas avanzadas y con poca posibilidad de curación. Este tipo de tumores, agregó, no crece mucho porque se disemina a hígado u otras partes del abdomen de manera temprana.
¿Qué es el páncreas?
El páncreas es una glándula que se encuentra detrás del estómago. Su forma se parece un poco a la de un pez, con cabeza ancha, cuerpo que va de ancho a delgado y una cola estrecha puntiaguda. Mide aproximadamente 15 centímetros de longitud por cinco ancho; se extiende horizontalmente, de un lado a otro, del abdomen. La cabeza está a la derecha del abdomen, detrás de de donde se unen el estómago y el duodeno (la primera parte del intestino delgado). El cuerpo del páncreas se encuentra detrás del estómago y la cola está a la izquierda del abdomen, junto al bazo.
El páncreas contiene dos tipos de glándulas distintas: las exocrinas y las endocrinas. Las glándulas exocrinas producen jugo pancreático, el cual contiene enzimas que ayudan a digerir las grasas, proteínas y carbohidratos de los alimentos que ingerimos. Las enzimas son segregadas en tubos diminutos llamados conductos. Estos conductos transportan el jugo pancreático al intestino delgado. Más del 95 por ciento de las células del páncreas son parte de las glándulas exocrinas y los conductos.
Las células endocrinas están dispuestas en grupos pequeños llamadas islotes (o islotes pancreáticos de Langerhans). Los islotes secretan dos hormonas: insulina y glucagón. La insulina reduce el nivel de azúcar en la sangre, mientras que el glucagón la aumenta.
Tipos de cáncer de páncreas
Las células exocrinas y endocrinas del páncreas forman tumores de tipos completamente distintos. Los tumores exocrinos constituyen el tipo de cáncer de páncreas más común. La mayoría de los tumores pancreáticos exocrinos son malignos, alrededor del 95 por ciento de los cánceres del páncreas exocrino son adenocarcinomas. Por lo general, estos adenocarcinomas se originan en los conductos del páncreas, pero en ocasiones podrían formarse a partir de las células que producen las enzimas pancreáticas (carcinomas de células acinosas) en sí.
Casi dos tercios de los cánceres se localizan en la cabeza del páncreas, el resto en la cola. El tratamiento del cáncer del páncreas exocrino se basa más en la etapa de la enfermedad que en su tipo exacto.
Los tumores endocrinos del páncreas son menos comunes. Se les conoce como tumores neuroendocrinos o, más específicamente, como tumores de células de los islotes. En este caso, hay varios subtipos de tumores, los cuales reciben su nombre de acuerdo con el tipo de hormona que secretan. Los tumores de células de los islotes que producen insulina se conocen como insulinomas y a los tumores que secretan glucagón se les denomina glucagonomas.
En ocasiones, los tumores de células de los islotes producen otras hormonas. La mayoría de los tumores de este tipo de células son benignos. A los tumores malignos de este tipo se les llama cáncer de células de los islotes o carcinomas de células de los islotes.
Existe un tipo especial de cáncer, el cual puede aparecer en donde la vía biliar y el conducto pancreático se unen y desembocan en el duodeno, es conocido como “carcinoma ampular” o carcinoma de la ampolla de Vater. Debido a que este carcinoma se ubica tan cerca del conducto colédoco, con frecuencia bloquea la vía biliar cuando todavía es pequeño y no se ha propagado a lugares distantes.
El bloqueo impide que la bilis fluya normalmente desde el hígado hasta los intestinos, esto ocasiona que los químicos de la bilis se acumulen en el torrente sanguíneo, la piel, los ojos y ciertos otros tejidos, en consecuencia, la piel y los ojos se tornan amarillos. La orina se tornará oscura. Este síntoma es fácil de reconocer, es por ello que los cánceres ampulares suelen diagnosticarse en una etapa más temprana. El diagnóstico temprano implica que la expectativa de supervivencia de las personas que padecen carcinoma ampular es mejor que la de las que padecen cáncer del páncreas.
La causa del cáncer de páncreas se desconoce, pero es más común en los fumadores (casi un tercio de los casos se debe al tabaquismo) y en las personas obesas. Existe una controversia acerca de si la diabetes tipo 2 es un factor de riesgo para este tipo de cáncer. Un pequeño número de casos está relacionado con síndromes hereditarios.