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Cuando nuestro hijo manifiesta hiperactividad… necesita atención

Por Ady Corona

México, D. F., 28 de julio (Mundo de Hoy).- De un tiempo para acá se ha escuchado hablar mucho del déficit de atención en los niños, el cual es muy fácil de confundir con la hiperactividad, y aunque en muchas cuestiones son similares, lo cierto es que ésta última tiene muchas vertientes en las cuales hay que prestar atención en el caso de que se tengan en casa pequeños con estas características.

Y es que de acuerdo con los análisis médicos realizados a niños con hiperactividad, se arroja que este problema se debe a un trastorno en la conducta, pues el cerebro desarrolla una intensa actividad motora que propicia que los infantes se muevan constantemente, no presten la debida atención a lo que hacen y a lo que aprenden, aunado a que con facilidad se distraen.

Según los estudios, la hiperactividad afecta más a los niños que a las niñas, es decir, una niña por cada cuatro pequeños, sobre todo antes de los siete años, y es que en ese lapso se desarrollan de forma integral, incluido el cerebro, que lleva más información de lo normal relativa a la actividad psicomotriz.

Los niños que padecen de hiperactividad se caracterizan por conflictos de conducta, así como por el deseo de destruir, acompañado de nerviosismo, porque son pequeños muy inquietos y, por lo tanto, insensibles a cualquier reacción de castigo, pues son muy difíciles de educar, puesto que no rinden en las actividades escolares.

Esto pudiera asociarse con trastornos de inteligencia, pero está demostrado que estos infantes poseen un coeficiente intelectual normal y hasta se han dado casos de algunos que lo tienen superior al grueso de la población de esa edad, pero sí manifiestan problemas para adaptarse, son muy irritables, impulsivos y por lo mismo tienen poca conciencia de las situaciones de peligro, ante lo cual sufren continuos accidentes.

Según las estadísticas, cuatro de cada 10 niños con hiperactividad sufren lesiones de gravedad ante su condición de excesivo movimiento. Además, conforme se van desarrollando el rendimiento escolar va decreciendo, lo cual les acarrea fracasos educativos y problemas de adaptación social.

Es una situación difícil, porque en muchas ocasiones los padres no saben cómo tratar a sus hijos, pues por la circunstancias de mala conducta los pequeños son rechazados entre sus propios familiares, por considerárseles conflictivos y mal educados.

A la par, esto genera un entorno de agresión que puede volverse contraproducente, pues los progenitores comienzan a exasperarse por la conducta del niño y a reñir delante de él, lo cual, si no se cuida, puede propiciarle un sentimiento de baja autoestima conforme va creciendo y, por ende, de rechazo, que puede culminar hasta en un suicidio.

Por ello es muy importante hacer caso de las manifestaciones de conducta de los niños, pues es normal que jueguen en los momentos propicios para ello, pero si cuando de sentarse a observar y aprender se trata su conducta es de inquietud, es una de las primeras señales de que hay que buscar ayuda psicopedagógica para no deformar la actitud del niño.

Por lo tanto, la  forma de dar tratamiento al niño va desde las terapias psicológicas con terapeutas que lo inclinen paulatinamente a un ambiente de concentración y responsabilidad por lo que hacen, hasta la administración de medicamento con lo cual se puede controlar el exceso de actividad que registra el cerebro.

No obstante esto último ha causado opiniones encontradas, pues se han dado casos de pequeños que quedan con aletargamiento psicomotriz por la cantidad de  fármacos ingeridos. Como padres o tutores de un niño con hiperactividad, hay que prestar atención.

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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