El ciclo de conferencias titulado “La vacunación en México: perspectivas históricas y lecciones para el presente”, coordinado por la doctora Sara Hidalgo y realizado a finales de abril, contó con la participación de Claudia Agostoni, Ana María Carrillo y Mauricio Hernández, quienes conversaron sobre la tarea del Estado para garantizar el abasto de vacunas y la educación sobre ellas. El Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), del que la doctora forma parte como profesora e investigadora, auspició las conferencias.
En entrevista para número 7 de Tamiz Cuatrimestral, perteneciente a la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), la doctora Hidalgo habló sobre la historia de la vacunación en México, sobre los desafíos históricos que siguen vigentes en la pandemia actual, así como de las enseñanzas que ha dejado este contexto.
“El primer desafío que sigue vigente es tener acceso a vacunas suficientes. El segundo es llegar a la población. Creo que este reto ha sido menor, porque tenemos una población predominantemente urbana y hay más vías de comunicación, pero llegar a la gente siempre implica una logística. En tercer lugar, cierta resistencia o desconfianza que sigue existiendo. Un aspecto distinto es que el gobierno mexicano estaba acostumbrado a lidiar con mamás, porque sus campañas de vacunación estaban primordialmente dirigidas a la infancia. Ahora las campañas se han enfocado en los adultos. Seguramente esto ha requerido otras estrategias de convencimiento. Todavía no documentamos bien lo que esto ha significado, y va a ser muy interesante estudiarlo.”
Así destaca la importancia de diseñar una estrategia plausible que garantice las vacunas suficientes para toda la población, por ello, es necesario replantear la inversión que hace el Estado en salud, pues con la pandemia muchas carencias fueron expuestas.
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Del pasado se pueden aprender lecciones valiosas que permitan enfrentar los retos presentes, en consecuencia, la doctora Hidalgo comenta que, “ya desde finales del periodo virreinal, las vacunas eran una preocupación de la corona española.” Después, durante la Independencia y las décadas posteriores, la vacunación “no fue un aspecto importante sino hasta el porfiriato.” La preocupación de ese gobierno era “contar con la capacidad de producir vacunas, y por eso en 1905 se creó el Instituto Bacteriológico Nacional.”
En la etapa de la Revolución Mexicana “comienza a operar el Departamento de Salubridad Pública, y desde entonces se hace un enorme esfuerzo no solo por aplicar vacunas, sino por emprender campañas integrales de salud y educación.”
De esta manera, es evidente que la salud pública y la vacunación ha sido una preocupación fundamental en los diferentes gobiernos que ha tenido nuestro país. Sin embargo, las estrategias han necesitado adecuarse a las necesidades de la población, por ello, ahora la actuación del Estado mexicano debe enfocarse en los adultos y en aquellas zonas de difícil acceso, pues la vacuna contra el COVID-19 debe garantizarse a todos los ciudadanos.
