La Enfermedad Renal Crónica (ERC) representa un grave problema de salud en la nación mexicana, pues durante el año 2019 se convirtió en la décima causa de muerte con más de 14 mil 630 decesos, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Por ello, la Asociación ALE I.A.P., encargada de fomentar la cultura de la donación de órganos y tejido en México, cuenta con una campaña para informar sobre los padecimientos que puede generar la enfermedad renal crónica, así, pretende concientizar sobre la importancia del cuidado de la salud para evitar afectaciones en el riñón.
Los riñones mantienen un balance adecuado entre el agua y los electrólitos en el cuerpo, gracias a esto, se conserva el equilibrio de la presión arterial del cuerpo. Además, el aparato endócrino mantiene los niveles óptimos de hemoglobina, evita la anemia, regula el metabolismo de la vitamina D y de minerales, como el calcio y el fósforo.
A su funcionamiento incorrecto se le denomina enfermedad renal crónica o insuficiencia renal crónica. Este padecimiento empeora de manera sigilosa y de formas diferentes en cada paciente y puede derivar en hiperparatiroidismo secundario y anemia.
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Los factores de riesgo para desarrollar este padecimiento son: diabetes, presión arterial alta, enfermedades cardíacas no controladas y de los vasos sanguíneos, fumar, tener obesidad, contar con antecedentes familiares de enfermedad renal, tener anomalía en la estructura renal y estar en edad adulta avanzada. Sin embargo, la buena alimentación puede ayudar a generar un impacto positivo en los pacientes.
El hiperparatiroidismo secundario (HPTS) provoca que las glándulas paratiroides produzcan demasiada cantidad de hormona, como consecuencia, los huesos se debilitan y pueden fracturarse. A su vez, los vasos sanguíneos y las válvulas del corazón se calcifican, se vuelven rígidas y endurecidas, se afecta la circulación y aumenta el riesgo de complicaciones graves en el sistema cardiaco.
Por su parte, la anemia asociada con la enfermedad renal crónica se refiere a la deficiencia de la hormona eritropoyetina, la cual provoca que el riñón no produzca los suficientes glóbulos rojos.
