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VIH y COVID-19: Los Verdaderos Peligros

Edición Especial Multimedia LaSalud.mx, México Frente al Coronavirus COVID-19

LaSalud.mx / Mundodehoy.com.- El siguiente artículo, es parte de una serie de la Edición Especial Multimedia de la Revista LaSalud.mx “México Frente al Coronavirus COVID-19”, con reportajes, entrevistas y colaboraciones especiales con los más connotados especialistas sobre las diversas áreas de la medicina; ciencia,  economía, seguridad, sociedad civil, religión, el arte y la cultura; quienes nos ofrecerán de propia voz, a través de sus teclados y dispositivos electrónicos; sus vivencias, opiniones y consejos ante la pandemia que azota a la humanidad en este inicio del  20-20, en donde nunca, como hasta ahora, estuvo tan estrechamente conectada la humanidad a través del internet y sus amplias redes.

Estamos seguros que esta Edición Multimedia de constante actualización será de gran ayuda para todos nosotros, ya que, si el problema es de Todos, en la solución cabemos Todos.

VIH y COVID-19: Los Verdaderos Peligros

Por: Dra. Indiana Torres Escobar, DDM, Msc, MeP, DLSHTM, Ph.D, ExPresidenta Asociación Médica Mexicana de VIH/SIDA, AMMVIH

Introducción

En este momento, el mundo se encuentra pendiente del desarrollo, afectación, investigación, intervenciones y desenlace de la pandemia generada por el SARS-CoV2.

Debido a que he vivido el impacto presentado por la infección del virus de la inmunodeficiencia humana, en las siguientes líneas intento abordar la respuesta pública observada ante la nueva enfermedad, COVID-19, y la infección por VIH que nos acompaña desde hace 39 años, revisando sus similitudes, variaciones, la afectación en la salud y, sobre todo, el impacto de la reciente infección en la sociedad.

Ambas, en su particular dimensión y presentación, son enfermedades sin precedentes y han afectado, en mayor o menor grado, a la totalidad de la población mundial. Una y otra han ocasionado, con tiempos variables, una importante morbilidad y, principalmente, mortalidad, provocando que el temor se apodere de los seres humanos, quienes, al ser susceptibles y no tener disponibles medicamentos que curen, expresan la aprensión que ocasiona su vulnerabilidad de distintas formas.

Orígenes

El origen de una enfermedad y los mecanismos que desarrollan los microorganismos para cruzar la barrera interespecie son factores importantes para el desarrollo de estrategias de prevención o de contención.

Ambas patologías se originan de una transmisión zoonótica, y si bien los procesos de drift antigénico en los virus han sido largamente investigados y reconocidos en general, el estudio particular toma diferente tiempo para dilucidar completamente su desarrollo.

En el caso de SARS-CoV2 ha quedado establecido que el virus amplificado en Wuhan, China, es filogenética y genómicamente similar al SARS-CoV de los murciélagos, quienes serían el huésped primario, no habiendo sido dilucidado el huésped intermedio y/o mecanismo de transmisión a los humanos (1, 2).    

En el caso del VIH, el origen se centra en múltiples transmisiones zoonóticas a partir del virus de la inmunodeficiencia simia en el África central y oeste que originaron diversos linajes del virus de la inmunodeficiencia humana (3), responsable de la afectación de más de 60 millones de seres humanos.

Al igual que en tiempos atrás para explicar el origen del SIDA, hoy para describir el del COVID-19 surgen múltiples hipótesis con contenido acientífico, político, y discriminatorio, cuyo problema no es que resulten de fuentes poco creíbles y en muchas ocasiones mal intencionadas, sino que se difunden rápidamente cimentándose en el imaginario popular que repite convencido estas afirmaciones, como ejemplo tenemos a Yaakov Litzman, Ministro de Salud de Israel que afirmó que la pandemia es “castigo divino contra la homosexualidad” (4a), iguales barbaridades se afirmaron hace años en relación al SIDA.  

Ya sea por parte de un plan orquestado o de manera irresponsable se ha afirmado: “el VIH fue desatado por vacunas contra la Hepatitis B (HB), desarrolladas parcialmente en chimpancés y que fueron utilizadas de manera preventiva en algunos grupos de población” (4b); o bien, por intereses que de manera nociva desean crear desestabilización. Como en años anteriores, ahora, para ambos virus, se afirma que “el germen fue creado en un laboratorio (5,6) o forma parte de la guerra bacteriológica de los Estados Unidos” (7,8).

Se juzgan a poblaciones con insostenibles argumentos racistas, al afirmar, desde hace varios años, que el SIDA se originó por los monos y las prácticas sexuales de los africanos (9) y, hoy, “por culpa de los chinos” (10); hasta tal punto que el presidente estadounidense Donald Trump se refiere aún al “virus chino” (11). Así son mezclados intereses ideológicos y políticos con seudociencia, por no mencionar que, además, exista la intención de obtener ganancias particulares, como las buscadas por una demanda interpuesta contra el gobierno de Beijing por 30 trillones de dólares, acusándolo de haber creado el SARS CoV 2 (12).

Transmisión

Cuando apareció en la escena mundial el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), las manifestaciones sociales de miedo y desconcierto no se hicieron esperar, expresándose en estigma, rechazo y marginación a las personas portadoras de la infección. Pese a los múltiples esfuerzos, intervenciones y llamados a cesar estas actitudes, muchas de ellas continúan, y ahora, con el COVID-19, se renuevan, fortalecen y adquieren remozadas modalidades.

Las redes sociales (Facebook, WhatsApp, Instagram, etc.), que en la era del SIDA no existían, permiten saber en tiempo real el avance de la pandemia, pero también han jugado un papel funesto en la circulación de notas falsas y en alimentar el miedo y la zozobra.

Pese a conocer los mecanismos de transmisión, en ambas patologías, muchos sectores de la población, lejos de tomar individualmente medidas de protección adecuadas para no adquirir la infección, han manifestado actitudes y acciones de rechazo a personas con rasgos asiáticos, los y las portadoras y sus familias y, en el summum de la barbarie: agresiones verbales y físicas al personal de salud que atiende a las y los infectados (13). El pánico ha tenido tal impacto, que habitantes del municipio de Axochiapan, Morelos, amenazaron con prender fuego al hospital “Dr. Ángel Ventura Neri” con los pacientes adentro, en caso de que las autoridades de Salud decidieran atender allí a enfermos con COVID-19 (14). Lamentablemente este hecho se repitió ya no como amenaza, en el norte del país (15).

Atención Médica

La reacción de algunos trabajadores de la salud tampoco fue ni es el esperado en relación con el VIH, y ahora, pese al conocimiento y las evidencias médicas, muchos de ellos han evidenciado miedo y rechazo a atender a los enfermos aduciendo carencia de equipos de seguridad y de médicos especialistas. Frente al COVID-19 la falta de compromiso, mística y ética de algunos sectores de la salud ha evidenciado, además de ausencia de participación individual, un reforzamiento institucional como el manifestado por facultades de medicina que retiran a los médicos internos de pregrado de los hospitales (16), o lo propuesto por la asociación que nuclea a las instituciones que imparten los estudios de medicina en el país acerca del alejamiento de los médicos pasantes de forma anticipada y de acotar la actividad de residentes de primer año que se encuentran en formación en distintas especialidades médicas (17).

Estos hechos, fuera de las implicaciones que tienen en términos de la formación de los nuevos profesionistas, compromete la capacidad del Sistema de Salud al reducir el número de personas calificadas que hagan frente a la atención médica del COVID-19 en el país.  

En tanto problemas de salud globales, las pandemias que nos ocupan son, por definición, problemas que ningún Estado-nación puede enfrentar solo. Desde la Organización Mundial de la Salud se han creado los mecanismos de financiamiento, contención y apoyo operativo a las naciones, sobre todo a las más pobres. Como consecuencia, dicha Organización ha diseñado guías, programas, además de proveer el soporte técnico para el abordaje de ambas enfermedades. En 1996 se creó ONUSIDA, el Fondo Global y ahora el Fondo de Respuesta COVID-19 (18, 19) Desde este organismo se han dado, además las bases de la investigación responsable parando iniciativas de estudios con una base racista de supremacía blanca como la presentada por el Instituto Frances de Investigación Médica para probar una vacuna anti SARS CoV2 en África (20)

Riesgo Doble

El riesgo de las personas que viven con VIH ante el COVID-19 se debe valorar desde la persistencia de los elementos anteriormente descritos, el problema de sustento diario de muchas de ellas que las hace salir a trabajar, y su patología de base. El VIH incrementa el riesgo de complicación y muerte frente al COVID-19 dado el estado de inmunosupresión de los afectados, no obstante, hay escenarios variables. Aunque se trata de un caso, en Puebla una de las primeras víctimas del COVID-19 fue una persona que vivía con VIH; esto ha exacerbado el temor en los pacientes, sin embargo, en relación con la pandemia en España no se ha reportado mayor riesgo en este grupo (20).

Para la evaluación del riesgo es importante diferenciar si se trata de pacientes con adecuada respuesta viral e inmune, quienes se encuentran indetectables, pero con CD4 <350 y los casos de SIDA; así como estudiar el tratamiento antirretroviral recibido por el posible efecto protector de los inhibidores de proteasa (21).

Conclusiones

Al reflexionar acerca de lo expresado en el presente artículo y dentro de un marco ético, profesional y científico, resulta prioritario:

– Aportar información clara y precisa con la finalidad de que las personas se encuentren perfectamente informadas de la situación y de los riesgos que enfrentamos, y de los que se aproximan.

– No contribuir a la difusión de múltiples hipótesis con contenido acientífico, e intereses políticos y discriminatorios que confundan y actúen negativamente en el   imaginario popular que repetirán estas afirmaciones. 

– Aclarar acerca de lo infundado de los argumentos racistas, que pregonan que “el SIDA se originó por los monos y las prácticas sexuales de los africanos” y que el COVID-19 aparece “por culpa de los chinos”.

– Contribuir para que las manifestaciones sociales de miedo y desconcierto que actualmente se manifiestan en forma de estigma, rechazo y marginación a las personas portadoras de la infección y, en ocasiones, al personal de salud que abnegadamente los atiende; se transforme en solidaridad afectiva, espiritual y económica hacia los pacientes y sus familias, como así también a las y los profesionales de la salud a quienes debemos manifestar un sincero y cálido reconocimiento, respeto y agradecimiento por la inmensa y humana labor que desempeñan.

– Reforzar el compromiso ético de los involucrados en profesiones de la salud, a la vez de hacerlos conscientes, desde los primeros años de estudio de la profesión, del compromiso que tienen con las personas en lo individual y con las comunidades, el cual debe demostrarse diariamente e incrementarse ante una situación de extrema gravedad como la actual.

– Asimismo, a todo el personal involucrado en la atención de la pandemia se le debe brindar y garantizar el equipo necesario para que desempeñe sus labores con el menor riesgo posible, y contribuir desde donde sea posible, a incrementar la capacidad de atención y resolución de los servicios de salud, sean estos del orden público o privado.

Referencias

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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