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Advierten investigadores aumento de enfermedades hepáticas causadas por obesidad
Ante el aumento de la prevalencia de obesidad en México ya no sólo en adultos sino también en niños, se sugiere un escenario futuro en el ámbito de la salud en el que las enfermedades hepáticas tendrán un incremento notable, explicó María Concepción Gutiérrez Ruíz, investigadora del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Plantel Iztapalapa.
De acuerdo con la también coordinadora del Grupo de Fisiología Celular, la Secretaría de Salud y la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición señalan que 52.2 millones de mexicanos tienen sobrepeso y obesidad y que en menos de una década el sobrepeso en niños de cinco a 11 años creció en 77 por ciento.
La magnitud del problema explicó, es grave porque la obesidad es un factor que determina la esteatosis no alcohólica, enfermedad conocida comúnmente como hígado graso no alcohólico, por la acumulación de triglicéridos y/o colesterol en este órgano fundamental; cabe acotar que la indicación “no alcohólica” en la enunciación del padecimiento es para dejar claro que la esteatosis no fue causada por consumo de alcohol.
“La correlación que existe entre la obesidad y el hígado graso se ha corroborado con reportes epidemiológicos que indican que 75 por ciento de los obesos tiene hígado graso y los diabéticos con sobrepeso lo tienen en un 100 por ciento”, refirió la experta mediante un comunicado de prensa.
Para Gutiérrez Ruíz, integrante del equipo de investigación conformado por Leticia Bucio Ortiz, Verónica Souza Arroyo y Luis E. Gómez Quiroz, especializado en la determinación de los efectos que a nivel celular y molecular tiene un hígado graso no alcohólico, el problema de la esteatosis no alcohólica es que sensibiliza al hígado al daño e incrementa el riesgo de progresar hacia un amplio espectro de patologías hepáticas como la esteatohepatitis, fibrosis, cirrosis y cáncer, sobre todo cuando se está expuesto a otros agentes que agreden al hígado como el consumo de bebidas alcohólicas, infecciones por virus de la hepatitis y fumar tabaco o exponerse al humo del cigarrillo.
“Epidemiológicamente está probado que una persona obesa con hígado graso no alcohólico avanza mucho más rápidamente hacia diferentes enfermedades hepáticas, pero falta explicar los mecanismos que a diferentes niveles hacen que esto suceda”.
Advirtió que el riesgo es evidente si se considera la presencia de obesidad en edades cada vez más tempranas (niños y jóvenes), y asimismo, el consumo creciente de bebidas alcohólicas y cigarrillos desde muy corta edad.
La académica de la UAM comentó que la literatura médica revela que el hígado graso no alcohólico es la enfermedad crónica más común en el mundo occidental en niños y adultos; la proporción de personas que lo padece es superior a 30 por ciento y el porcentaje se eleva a 45 en la población hispánica, pues se considera que la etnicidad y los factores genéticos afectan la prevalencia de tal padecimiento.
Por esta razón, el equipo de investigación de la UAM, encabezado por Gutiérrez Ruíz estudia en ratones los efectos de una dieta alta en colesterol y los beneficios de una dieta sana, a fin de contribuir a entender cómo se produce el daño al hígado para poder vislumbrar posibles blancos moleculares que eviten la progresión del mismo.
Agencia NotieSe