Es un enemigo silencioso que, poco a poco, acaba con la visión de las personas lo que convierte a la degeneración macular en la primera causa de ceguera en el mundo, lamentablemente no tiene cura y la única forma de atenuar sus efectos son los chequeos oftalmológicos continuos para prevenir la pérdida de visión.
%u201CLa degeneración macular es causada por daño al área alrededor de los vasos sanguíneos que irrigan la mácula. Al principio, uno puede no tener síntomas pero, a medida que progresa la enfermedad, la visión central puede afectarse%u201D, dice el doctor Héctor Palacios Herrera, oftalmólogo.
Cabe señalar que la retina es la capa de tejido en la parte de atrás del interior del ojo y transforma la luz e imágenes que entran a éste en señales nerviosas que son enviadas al cerebro, mientras la mácula es la parte de la retina que hace que nuestra visión sea más nítida y más detallada.
El síntoma más común en la degeneración macular es la visión borrosa, con frecuencia, los objetos en la visión central lucen distorsionados, opacos y los colores desvanecidos. Un paciente puede tener dificultad para leer impresos u otros detalles, pero puede ver lo suficientemente bien para caminar o realizar actividades de rutina.
A medida que la enfermedad empeora, uno puede necesitar más luz para leer o llevar a cabo las tareas diarias. La mancha borrosa en el centro de la visión se vuelve gradualmente más grande y más oscura. En las fases tardías, uno puede no ser capaz de reconocer las caras hasta que las personas estén cerca.
El médico explica que no existe ninguna cura para la degeneración macular, %u201Clo ideal es detectarla de manera temprana, brindarle un tratamiento con antioxidantes para evitar que llegue a la fase que produce ceguera%u201D, señala.
Agrega que las personas mayores de 50 años son parte de la población de riesgo por el proceso natural de envejecimiento, así como las personas con miopía elevada.
