Padres longevos tendrían hijos más sanos
De acuerdo con un estudio que inició en 1948 en un pueblo de Massachussets, Estados Unidos, los hijos con padres que vivieron alrededor de 85 años, son menos propensos a desarrollar presión arterial elevada, problemas de colesterol y otros factores relacionados con la enfermedad cardíaca. La genética explicaría, al menos en parte, estos resultados, a pesar de que habría otros factores involucrados.
La investigación, publicada en la más reciente edición de Archives of Internal Medicine, concluye que los individuos con padres longevos %u201Ctienen perfiles de riesgo cardiovascular más ventajosos a mediana edad, comparados con aquellos cuyos padres murieron más jóvenes%u201D.
El estudio halló que los hijos del grupo de longevos generalmente habían nacido de una madre que había tenido a sus bebés entre los 40 y 50 años, esta es, quizá, una señal de que la menopausia tardía conlleva una vida más larga para las mujeres.
También hubo indicios de que los niños del grupo de padres longevos estaban mejor educados que aquellos cuyos padres murieron antes, una posible señal de mayor estatus socioeconómico que podía indicar que estaban mejor informados y tenían más dinero para destinar a los cuidados de la salud.
Los hijos varones de los padres longevos solían no fumar, lo que sugiere que sus papás también eran no fumadores, lo que reducía uno de los factores de riesgo de la enfermedad cardíaca.
Durante el estudio se evalúo a 1, 697 hijos de al menos 30 años, cuyos padres estaban en la investigación cuando comenzó, y que habían alcanzado los 85 años o habían muerto antes del inicio del 2005. Los hijos fueron controlados dos veces durante el curso del trabajo.
Los participantes cuyos padres habían vivido hasta los 85 años eran significativamente menos propensos a tener presión arterial alta y registraron niveles mucho mejores de colesterol que los descendientes de padres que habían muerto antes, indicó el informe de la Escuela de Medicina de la Boston University. El estudio fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.