El medio ambiente, el sol, el cloro de las piscinas y el humo son factores determinantes para dañar los ojos, ocasionando lesiones leves que pueden mermar el bienestar de la persona.
El agua del mar y el de las albercas es un agente irritante para los ojos y puede ser también vehículo de transmisión de infecciones oculares.
Por tanto, en este regreso a clases es muy importante prevenir y cuidar nuestros ojos de las inclemencias del tiempo, ya que una simple conjuntivitis puede ser agente de incapacidad para no poder asistir a laborar o a estudiar.
¿Cómo prevenir daño a nuestra visión?
Es recomendable utilizar anteojos de sol con filtros adecuados y aprobados por la Unión Europea. Además, es conveniente que los lentes se compren en centros autorizados como ópticas. También se recomienda utilizar sombreros y gorras, las cuales ayudan a recibir de manera menos directa la luz solar.
Las albercas con exceso de cloro producen irritación en los ojos y pueden ser vehículo de transferencia de infecciones oculares. En estas situaciones se debe utilizar gotas para los ojos, mejor conocidos como lágrimas artificiales o sueros fisiológicos.
Cuando practiques algún deporte al aire libre como futbol o natación, es aconsejable el uso de gafas protectoras con lentes de material orgánico, esto es para evitar posibles contusiones oculares o la entrada de cuerpos extraños en el globo ocular.
Es muy indispensable exagerar las precauciones higiénicas con los niños, debido a que el frotar sus ojos con las manos sucias puede provocar enfermedades oftalmológicas, en caso que ya se tenga el trastorno, la manipulación de las extremidades superiores agrava la patología.
