Datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) revelan que
los tumores óseos constituyen la séptima causa de muerte por
enfermedades oncológicas.
Según un estudio realizado por la misma institución, más de 70 por
ciento de los casos identificados con un tumor óseo presentan osteosarcoma. Asimismo, se
trata de una de las causas más frecuentes de mortalidad en niños, después de las
enfermedades gastrointestinales y respiratorias.
El tratamiento para este tipo de padecimiento consiste en la
extirpación completa del tumor y, posteriormente, el hueso afectado es
reconstruido o remplazado con una prótesis de acero o
titanio.
No obstante a que este tipo de proceso se ha convertido en el
tratamiento estándar para los pacientes con osteosarcoma, su utilización
conlleva complicaciones como las infecciones, la fatiga del implante, fallas
mecánicas, el desgaste de los materiales o la pérdida de la
prótesis.
Al respecto, especialistas del laboratorio de Ingeniería de tejidos
del Hospital Infantil de México desarrollan un tratamiento basado en el cultivo
de células de médula ósea, dirigidas a formar hueso, para que de esta manera se implante un sustituto
biológico que restaure, mantenga o mejore la función del tejido
extirpado.
%u201CLos injertos autólogos (del mismo paciente) son considerados como el
estándar ideal para la reconstrucción de defectos en huesos extensos. La
generación de tejido óseo bioartificial podría ayudar a sobrepasar los problemas
relacionados con el sitio donador y las limitaciones del tamaño del defecto%u201D,
aseguró la investigadora titular del estudio, Atlántida Raya
Rivera.
La especialista apuntó que el laboratorio de Ingeniería de tejidos
cuenta con cinco años de experiencia en el desarrollo de esta tecnología,
periodo en el que han logrado exitosamente construir y aplicar clínicamente
tejido de uretra, vagina, mucosa respiratoria.
Según la especialista del Hospital Infantil de México se pretende
aplicar la ingeniería de tejidos en todos los campos posibles de la medicina
clínica, para lo cual el grupo de investigación que encabeza, en conjunto con
especialistas adscritos al departamento de polímeros de la Universidad Autónoma
Metropolitana (UAM), así como científicos del Centro de Investigación y de
Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), realizan una
serie de estudios al respecto.
En ese sentido, indicó que la investigación basada en la regeneración
de hueso a través de médula ósea, cuyo desarrollo la hizo acreedora al Premio Nacional de Investigación otorgado por la
Fundación Mexicana para la Salud y los laboratorios GlaxoSmithKline, consiste en
obtener células madre a través de un punción o aspirado de líquido
de la médula del paciente, y posteriormente son estimuladas con factores de
crecimiento durante aproximadamente dos semanas, tiempo después el líquido es
sembrado en un polímero (macromolécula por medio de la cual se conduce el biomaterial que
sustituye al tejido afectado) para poder implantarlo en el hueso que lo requiere. El proceso fue
experimentado de manera in-vitro en ratones, con resultados altamente exitosos.
Raya Rivera explicó que con el fin de
obtener resultados óptimos, actualmente se estudia el polímero más adecuado
para sembrar las células que formaran el hueso, debido a que éste debe
ser de un material inerte (que no tenga reacciones adversas para el organismo);
biodegradable, de manera que una vez implantado en el organismo se vaya
desintegrando en forma controlada para que permita que el biomaterial sustituya
al tejido artificial; además de bioactivo, con capacidad de interactuar con las
células y estimular la regeneración del tejido.
%u201CLa primera fase del estudio consistió en diferenciar células apropiadas para
regenerar hueso, la segunda etapa, cuyo desarrollo pretendemos culminar el
siguiente año, está dirigida a determinar el polímero ideal para el implante, y
en dos años más podríamos estarlo aplicando de manera clínica%u201D, refirió.
Raya Rivera subrayó que el sector al que está dirigido inicialmente
el estudio son los niños, por tratarse de una institución de atención médica
infantil. Empero, indicó, posteriormente se podrá aplicar en adultos, de manera que los
pacientes que pierden uno o más huesos no tengan que perder extremidades.