En el país, más de 2 millones de personas mayores de 60 años padecen atrofia muscular.
A partir de la tercera década de vida inicia un proceso de disminución de masa muscular en el ser humano, que puede generar, después de los 60 años, discapacidad para realizar tareas tan sencillas como sentarse o ponerse de pie; se le conoce como sarcopenia y afecta a 25 por ciento de los adultos mayores, señalan especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La doctora Aideé Gibraltar Conde, médico adscrito al Servicio de Rehabilitación de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) %u201CDr. Victorio de la Fuente Narváez%u201D, informó que en México dos millones de personas presentan este cambio fisiológico que sustituye el músculo por tejido graso, y tres de cada cuatro tienen mayor riesgo de desarrollar alguna incapacidad.
Sin embargo, la especialista precisó que con los tratamientos que brinda el IMSS para atacar esta enfermedad, los resultados son visibles desde las ocho semanas, y aún más evidentes a los tres meses, al incrementar la potencia muscular, en algunos casos, hasta 120 por ciento, sin importar la condición física que tenía el paciente.
Explicó que las fibras que conforman el músculo comienzan a decrecer, en promedio, 4 por ciento a los 30 años; 12 por ciento a partir de los 50, y hasta un 50 por ciento al llegar a los 80 años de edad. Además, la pérdida gradual de estas fibras, afecta funciones en la termorregulación corporal, tanto en climas fríos como cálidos.
En el Seguro Social, indicó, se diagnostica y atiende la sarcopenia en las Unidades de Medicina Física y Rehabilitación (UMFR), donde se miden los grupos musculares y se realiza un estudio de tomografía axial computarizada, que determina la cantidad de tejido muscular y graso del paciente.
Gibraltar Conde comentó que el Seguro Social cuenta con tecnología que permite evaluar la potencia y fuerza de los músculos, mediante un equipo isométrico de alta tecnología, donde se integra un software que establece metas de resistencia progresiva y ejercicios que ayudan a la recuperación integral del paciente.
El tratamiento consiste en llevar una dieta equilibrada, que incluya 15 por ciento de proteínas, y suplementos alimenticios para incrementar la formación del músculo; así como la realización de ejercicios con bandas elásticas o pesas tres veces por semana, intercalando un día de entrenamiento por otro de descanso y, en algunos casos, la sustitución hormonal.
La doctora Gibraltar Conde precisó que con dicho tratamiento los resultados son visibles a partir de la octava semana, y más evidentes a los tres meses, pues en algunos casos, los pacientes han incrementado la fuerza muscular hasta 120 por ciento, sin importar la condición física que tenían.
Advirtió además que al disminuir el vigor y resistencia del músculo, existe predisposición a padecer osteoporosis, por lo que crece la probabilidad de presentar algunos problemas como fracturas, especialmente de cadera. Resaltó que al decrecer el tejido adiposo, también se favorece la aparición de diabetes, ya que después del hígado, los músculos son también metabolizadores de azúcar.
El doctor Mario Pérez Cristóbal, médico adscrito al Servicio de Reumatología del Hospital de Especialidades Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, dijo que la debilidad muscular constituye pérdida de la función motriz (movimiento anatómico) y hace a los que la padecen, frágiles y susceptibles a caídas, por lo que requieren de cuidados especiales, e incluso de la utilización de aparatos auxiliares, como bastón o andadera.
El reumatólogo del IMSS mencionó que existen escalas para determinar el índice de masa corporal en las personas. Si se tiene menos de la cantidad recomendada, se podría padecer desnutrición, y ante ello, existe 95 por ciento de posibilidad de presentar sarcopenia, máxime si en los últimos 3 meses se han perdido más de cinco kilos de peso o el perímetro de alguna extremidad disminuye más de 10 por ciento.
