Especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) advierten que el hogar, considerado un espacio cálido y seguro para la familia, puede convertirse en un lugar potencialmente peligroso, debido al mal almacenamiento de sustancias químicas o medicamentos.
Señalan que en México, anualmente, se reportan más de un millón de casos por intoxicación y envenenamiento, que generan 13 mil 600 egresos hospitalarios y 34 mil 900 días de estancia a nivel nacional.
En conferencia de medios, el doctor Miguel Ángel Andrade Padilla, Coordinador del Área de Toxicología del Servicio de Urgencias de Pediatría, del Centro Médico Nacional (CMN) La Raza, aseguró que esta situación representa un problema de salud pública en nuestro país, ya que cada año fallecen mil 400 personas.
De estos decesos, 87 por ciento son adultos y 13 por ciento niños; 72 por ciento de los casos son accidentales y 28 por ciento corresponden a suicidios, indicó.
Al respecto, aseveró que los niños menores de 5 años son los más afectados por intoxicación en el hogar. Los lugares donde más acontecen los percances son la cocina, el baño y la recámara.
Estos casos se presentan también en la población adolescente, ya que este grupo de edad ingiere solventes, drogas y lo hacen de manera intencional, precisó.
El galeno explicó que el Centro de Información y Asistencia Toxicológica del Centro Médico Nacional La Raza recibe de 4 a 6 casos por día y atiende un promedio de mil 500 pacientes por año, provenientes de la zona norte del Distrito Federal y Estado de México.
“Las estadísticas nos refieren que el mayor número de accidentes por intoxicaciones suceden en el hogar. Desafortunadamente en la casa tenemos una gran cantidad de sustancias tóxicas de uso casero, raticidas, plaguicidas, limpiadores, solventes, thiner e ingestión de medicamentos y el mayor número de estos productos, precisamente están en este sitio”, subrayó.
El especialista del IMSS destacó que la causa de que la población infantil sea vulnerable a estos accidentes, se debe, en primer término, a la curiosidad que manifiestan tratando de conocer todo aquello que le rodea, ya sea manipulándolo o llevándoselo a la boca y, en segundo lugar, por el descuido de los adultos al dejar estos productos dañinos o depositarlos en envases inseguros no propicios, como los de refresco.
La doctora María del Carmen Sánchez Villegas, pediatra y maestra de Toxicología Clínica del Servicio de Urgencias de La Raza, mencionó que la intoxicación por sustancias cáusticas es una de las más comunes en el hogar, las cuales ocasionan daños muy severos, que ponen en riesgo la vida de los pacientes, dejan secuelas permanentes e, incluso, pueden provocar la muerte.
Explicó que los productos cáusticos son compuestos químicos corrosivos que al ser ingeridos, producen lesión de los tejidos en el tubo digestivo como sosa, detergentes, baterías de botón, pilas, quitamanchas, destapacaños, entre otros.
“Las lesiones ocasionadas por los cáusticos se producen en forma inmediata, causando quemaduras en cara, labios, boca, esófago, estómago e intestinos. Los síntomas que puede presentar son dificultad para deglutir, salivación, vómito, dolor en el pecho y abdomen”, apuntó.
La doctora Consuelo Ruelas Vargas Jefa de Servicios de Endoscopia Pediátrica del CMN La Raza, recomendó almacenar en gavetas con candado las sustancias peligrosas, no depositar productos peligrosos en envases de agua o refresco, evitar guardar los tóxicos que no serán utilizados en corto tiempo y, sobre todo, enseñar a los niños a no tomar medicamentos sin la supervisión de una persona adulta.
Hace 8 años Mario ingirió sosa cáustica de una botella de refresco que su mamá por descuido colocó a un lado de la estufa. Hoy con 15 años de edad, comentó como vive con las secuelas que le dejó este percance: “Todo es muy diferente cambió mi vida mucho pero, sin embargo, le pongo muchas ganas a la vida porque quiero salir adelante”, dijo.