México D. F., 17 de Marzo (Redacción LaSalud.com.mx).- Es conocido que los estudiantes universitarios de los Estados Unidos son propensos a beber en exceso (para muestra, basta recordar el fenómeno de los excesos de los springbreakers en las playas mexicanas, protagonizado por jóvenes estudiantes disfrutando de su periodo vacacional) y que, como en toda la unión americana, la presencia de las drogas ilícitas en los campus es cada vez más evidente.
Un estudio del Centro Nacional sobre Adicción y Abuso de Sustancias de la Columbia University, en Nueva Cork, mostró conclusiones preocupantes: cerca de la mitad de los universitarios estadounidenses toma alcohol de manera compulsiva o consume drogas, y son cada vez más los estudiantes que abusan de los medicamentos de venta bajo receta.
La investigación se basó en los resultados de un sondeo telefónico realizado entre dos mil estudiantes representativo a nivel nacional; también en encuestas a unas 400 casas de estudios y administradores universitarios, además de entrevistas con investigadores del campo, entre otros datos.
Las cifras muestran que el 49 por ciento de los universitarios de tiempo completo de entre 18 y 22 años beben compulsivamente (es decir, consumen cinco o más tragos en una jornada breve); abusan de fármacos recetados, o de drogas ilegales, como la cocaína y la marihuana. Esto se traduce en alrededor de 3.8 millones de estudiantes con problemas de adicción.
Según el estudio, en el 2005 el 23 por ciento de los universitarios cumplía con el criterio médico de abuso o dependencia de sustancias. “Creo que tenemos, según casi todos los criterios, un grave problema de salud pública en las ciudades universitarias. Y está empeorando”, advirtió Joseph Califano, presidente del centro responsable del estudio, y quien fuera secretario de Salud de Estados Unidos entre 1977 y 1979.
Las cifras
El porcentaje de universitarios bebedores en el 2005 (68 por ciento) mantuvo un nivel similar al de un reporte de 1993, que arrojó un 70 por ciento; mientras que la ingesta compulsiva de alcohol se mantuvo en un 40 por ciento.
Sin embargo, la proporción de jóvenes que beben de manera compulsiva y además frecuente, definida como tres o más veces en dos semanas, se incrementó un 16 por ciento entre 1993 y el 2005. La conducta de tomar 10 o más veces al mes aumentó un 25 por ciento, y la de beber tres o más veces en 30 días aumentó un 26 por ciento.
Por lo que toca al consumo de medicamentos, desde 1993 hasta el 2005, la proporción de estudiantes que abusaba de analgésicos de venta controlada, como Percocet, Vicodin y OxyContin, se triplicó hasta alcanzar el 3.1 por ciento, lo que equivale a unos 240 mil alumnos.
De manera preocupante, el abuso de estimulantes recetados como Ritalin y Adderall se duplicó al 2.9 por ciento (alrededor de 225 mil estudiantes). El abuso de tranquilizantes también se elevó.
El uso diario de marihuana aumentó hasta llegar al 4 por ciento (el doble), lo que se traduce en 300 mil estudiantes. El consumo de otras drogas, como la cocaína y la heroína, creció un 50 por ciento, para llegar al 8.2 por ciento, es decir, 636 mil estudiantes las consumen.
Como dato curioso, el tabaquismo disminuyó del 15 al 12 por ciento, en el periodo citado. (Reuters)