México, D. F., 21 de diciembre (Redacción Salud Mundo de Hoy).- Un equipo de investigadores del Instituto Municipal de Investigación Médica de Barcelona y de la Universidad Autónoma de Barcelona, se dio a la tarea de investigar el impacto del aceite de oliva en la oxidación del ácido desoxirribonucleico (ADN) y el ácido ribonucleico (ARN).
La oxidación del material genético de las células aparece vinculada con el comienzo del desarrollo de algunas formas de cáncer. Específicamente, el estudio buscó determinar si dicho impacto tiene variaciones vinculadas con el contenido de compuestos fenólicos en el aceite de oliva.
Los compuestos fenólicos poseen propiedades antioxidantes comprobados en el laboratorio y se piensa que podrían inhibir el efecto nocivo del colesterol en los vasos sanguíneos. La oxidación del material genético de las células está relacionada con el desarrollo de algunos tipos de cáncer.
Los científicos estudiaron los grados de oxidación del material genético de 182 hombres de 20 a 60 años de edad del norte, centro y sur de Europa. “Se ha sugerido que el aceite de oliva, que forma parte importante de la dieta en los países que bordean el mar Mediterráneo, protege al ADN contra el daño por oxidación y reduce la incidencia del cáncer”, señala la investigación.
Los voluntarios tomaron 25 mililitros diarios de aceite de oliva con distinto contenido de fenoles durante dos semanas. Al analizar la excreción de residuos de oxidación mediante la orina, se encontró que ésta era más alta en los hombres de las regiones del norte de Europa. Curiosamente, se encontró que los efectos del aceite no están relacionados con el contenido de fenoles del mismo, pues el grado de oxidación del ADN y ARN disminuyó independientemente del aceite administrado.
Los resultados del estudio, que serán publicados en la edición de enero de la revista “FASEB Journal”, de la Federación de Sociedades de Biología Experimental de Estados Unidos, dan sustento a la idea de que la ingestión de aceite de oliva es beneficiosa y puede reducir el ritmo de oxidación del ADN”, concluye el artículo.
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