México, D. F., 13 de noviembre (Redacción Salud Mundo de Hoy).- El origen de la palabra cesárea es muy incierto, algunos señalan que proviene de Julio César, ya que éste nació por medio de este tipo de intervención cuando su madre, Aurelia sobrevivió largamente al nacimiento de su hijo. Anteriormente, los romanos sólo se practicaba una cesárea a las madres cuando fallecían con la finalidad de salvar al bebé. Otro posible origen se le atribuye al verbo latín “caedare” que significa cortar.
¿Qué es la cesárea?
Es una operación que se utiliza para extraer del feto por vía abdominal a través de una incisión. Se opta por ella cuando el bebé no pudiera nacer por parto natural, o bien cuando la labor de parto pusiera en riesgo la salud de la madre, del pequeño o de ambos.
Por ser una intervención quirúrgica, presenta los riesgos comunes a todas ellas y tiene un post-operatorio con un proceso de cicatrización.
Existen diversos casos en los que el médico puede indicar la realización de una cesárea:
• Sí se presenta una falta de progresión del trabajo de parto y no se logra el descenso del bebé
• Sí el producto no se ubica en posición cefálica
• Sí un sufrimiento fetal agudo hace necesario extraer al bebé porque el vientre materno se convierte en un medio hostil
• Sí existe el retardo del crecimiento intrauterino, es preferible tener al bebé en cuidados fuera del vientre materno;
• Por la rotura prematura de la bolsa, que puede complicarse con una infección sobreagregada. Lo mismo sucede con el desprendimiento de la placenta;
• Por patologías como el cáncer de cuello de útero, los condilomas por HPV que obstruyen el canal de parto.
• Cuando existe una desproporción entre el tamaño del bebé y las dimensiones de la pelvis materna, y se supone que el bebé no podrá transitar por el canal de parto.
En caso de que la madre estuviera contagiada del virus del sida (HIV), generalmente se somete a una cesárea, ya que esta opción permite bajar la tasa de infección por la vía vertical.
Otros de los motivos, pudieran ser, una insuficiencia cardíaca, la hipertensión no controlada, los antecedentes de desprendimiento de retina o la presión ocular.
Un parto natural puede ser indicado luego de sólo una cesárea. A partir de la segunda, habitualmente la pared del útero adelgaza su segmento, y existe riesgo de rotura durante el parto natural.
