México, D. F., 31 de julio (Redacción Salud Mundo de Hoy).- En México, el mal de Alzheimer se coloca como la causa más frecuente de demencia, sobretodo a partir de los 60 años de edad, según la Secretaría de Salud (SSA).
El mal de Alzheimer, de acuerdo con declaraciones de la doctora Claudia Díaz Olavarrieta, investigadora del Instituto Nacional de Salud, es una patología degenerativa que afecta las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje, disminuyendo la habilidad para recordar, razonar y comunicarse.
El trastorno al inicio se presenta como una alteración del conocimiento y la memoria, el progreso se da de manera paulatina, mostrando déficit emocional, como agitación, agresividad, intolerancia al estrés y pérdida de apetito. Además de generar cierta pérdida de movilidad en las extremidades –rigidez-, y lentificación –pérdida de reacción-.
Las personas que padecen la enfermedad se ven seriamente afectadas, tanto en su vida social como personal, ya que pueden olvidar cubrir sus necesidades primordiales, como comer, dormir o ir al baño.
Asimismo, el mal de Alzheimer no sólo afecta al paciente; la familia también se ve severamente dañada porque deben concentrar su atención en atender al enfermo -24 horas del día-, alterando sus actividades y tareas diarias.
El olvidar cerrar el gas de la estufa, las llaves, o colocar los objetos en sitios equivocados pueden ser indicios de la patología, inclusive, pueden no recordar haber realizado una actividad de rutina, como lavarse los dientes.
La familia es parte fundamental para ayudar al enfermo a no decaer, así lo afirmó la doctora Díaz, ya que se debe ofrecer un ambiente de seguridad, confianza y actividades adecuadas que permitan al paciente mantener su autoestima en alto. Las personas que se hagan cargo del individuo afectado por el mal de Alzheimer deben contar con asesoría y equipo de profesionales de la salud.
Es importante aclarar que es una patología neurológica, degenerativa, progresiva e irreversible; sin embargo, las capacidades afectivas se mantienen intactas, por lo que es fundamental estimular al paciente para que él y su familia tengan una calidad de vida adecuada.
Hasta el momento no se ha logrado encontrar la cura para el trastorno. No obstante, existen tratamientos que ayudan disminuir algunos síntomas, como la depresión.
Es de suma importancia realizar un diagnóstico a tiempo, de ésta manera se logra saber cuáles son las expectativas del paciente. Así, se descartarán trastornos que se puedan confundir con la enfermedad, como la función tiroidea e hidrocefalia.
La Fundación Alzheimer y la Asociación Mexicana de Alzheimer y Enfermedades Similares, son organismos civiles encargados para ayudar a enfermos con este trastorno y a sus familiares por medio de técnicas de estimulación psicosocial, terapia de atención, de reminiscencia, orientación a la realidad, musicoterapia, etcétera, con el objetivo de minimizar la carga de la enfermedad.
