Mi salud, mi derecho: trabajemos por la cobertura universal de salud

Por Redacción
En el Día Mundial de la Salud, se hizo un llamado a tomar medidas urgentes para hacer realidad el derecho al más alto nivel posible de salud física y mental para todos, en todas partes.
El lema del Día de la Salud de este año, “Mi salud, mi derecho”, nos recuerda firmemente que todo ser humano tiene el derecho inalienable a la salud física y mental, independientemente de su raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otra condición. Los países tienen la obligación legal de desarrollar e implementar leyes y políticas que garanticen el acceso universal a servicios de salud de calidad y la eliminación de barreras financieras, al tiempo que abordan las causas profundas de las disparidades en salud, incluida la pobreza, el estigma y la discriminación.
Sin embargo, para miles de millones de personas en todo el mundo, “Mi salud, mi derecho” es una promesa más que una realidad. Las crisis humanitarias, incluidos los conflictos y los desastres naturales, devastan vidas y causan muerte, dolor, hambre y angustia psicológica. El cambio climático está pasando factura a la salud de las personas, aumentando las enfermedades transmisibles y no transmisibles, contribuyendo a fenómenos meteorológicos mortales y socavando los determinantes ambientales y sociales de la salud física y mental. Las personas que viven en comunidades pobres y marginadas, incluidas mujeres y niñas, son las más vulnerables. A menudo enfrentan la mayor carga de morbilidad, los mayores desafíos de acceso, incluida la discriminación y el estigma, y los peores resultados de salud.
La situación es alarmante: la mitad de la población mundial – 4.500 millones de personas – no tiene acceso a servicios de salud esenciales, y 2.000 millones enfrentan dificultades financieras al pagar por estos servicios. Estas cifras representan la lucha diaria de miles de millones de personas que se ven privadas de su derecho a la salud física y mental.
Como copresidentes de la CSU2030, hacemos un llamado a los países para que hagan realidad el derecho al más alto nivel posible de salud física y mental para todos, en todas partes. La cobertura sanitaria universal (CSU) basada en la atención primaria de salud ayuda a los países a hacer realidad este derecho garantizando que todas las personas tengan un acceso asequible y equitativo a los servicios de salud. La cobertura universal de salud significa que todas las personas tengan acceso a la gama completa de servicios de salud de calidad que necesitan, cuando y donde los necesiten, sin dificultades financieras.
En la reunión de alto nivel de la ONU sobre la cobertura universal de salud el año pasado, los países reiteraron su compromiso de lograr la cobertura universal de salud. Ha llegado el momento de cumplir estos compromisos y garantizar el derecho a la salud física y mental para todos. Hacemos un llamado a los gobiernos a:
- Dar prioridad a la atención primaria de salud (APS), ya que es el enfoque más inclusivo, equitativo, rentable y eficiente para mejorar la salud física y mental de las personas. La atención primaria de salud puede brindar el 90% de los servicios de salud esenciales, aumentar la esperanza de vida promedio en 3,7 años para 2030 y salvar 60 millones de vidas en países de ingresos bajos y medianos.
- Fortalecer la protección financiera aumentando el gasto público en salud, para que todos puedan acceder a los servicios de salud que necesitan, minimizando al mismo tiempo los pagos de bolsillo a lo largo de su vida.
- Eliminar las barreras que impiden que las personas accedan a los servicios de salud eliminando todo tipo de discriminación, incluida la discriminación por motivos de género, de los marcos de políticas de salud nacionales y locales.
- Incorporar la participación social en la toma de decisiones para garantizar que todas las personas, incluidos los grupos que pueden estar en situaciones vulnerables, tengan voz y voto en las leyes y políticas que afectan su salud y bienestar y que se atiendan sus necesidades.
La salud no es un privilegio sino un derecho humano. Hacemos un llamado a los gobiernos a trabajar por la cobertura universal de salud para construir una base que garantice este derecho. Es hora de tomar medidas audaces que garanticen que “Mi salud, mi derecho” se convierta en una realidad para todos, en todas partes.
De Gabriela Cuevas Barrón y Dr. Justin Koonin, Copresidentes del Comité Directivo UHC2030
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