Al cumplirse dos años de la epidemia de
influenza A(H1N1) que atacara al país en 2009 y que dejara por lo menos mil 300
muertos, el secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, anunció que a
mediados de año el Distrito Federal contará con un centro de respuesta
inmediata, que coordinará la atención médica de la ciudadanía en caso de
presentarse una amenaza biológica, bioterrorista, radioactiva u pandemias de
nuevos virus.
Este centro, que se calcula tendrá un costo de 50
millones de pesos, no sólo incluye una reserva estratégica de medicamentos,
sino además, en caso de ser necesario, tendrá la posibilidad de movilizar
equipo médico y tener disponibles al momento decenas de camas de terapia intensiva.
“Se está preparando un centro, será un área
de reserva estratégica que va a operar materiales como hospitales portátiles,
camas portátiles, medicamentos y vacunas para que en el caso que haya cualquier
tipo de conflagración, terremoto, accidente o pandemia estemos
preparados”, aseveró el funcionario.
Agregó que para lograr esta meta incluso se ha
designado ya un hospital público que durante una emergencia fungirá como el
Centro Coordinador para la recepción de los enfermos y/o heridos.
Asimismo, este hospital que en breve será dado a
conocer, será enseñará a todos los demás nosocomios sobre cómo actuar durante
una catástrofe.
“Este será el centro de inteligencia, el
centro operador para poder regular y apoyar a las unidades médicas que van a
tratar estos casos”, señaló el secretario.
Sobre el tipo de insumos médicos, apuntó que ahí
se tendrá una reserva de medicamentos como el oseltamivir y el tamiflu para el
tratamiento de Influenza A (H1N1) además de “otro tipo de medicamentos
para que en un momento de crisis biológica o de cualquier tipo podamos atender
de inmediato”, aseveró el secretario.
La construccion de este centro ya está en
proceso
Sobre este punto, el secretario explicó que además
de las camas y hospitales portátiles, para alcanzar la meta hospitalaria este
proyecto recurrió a la ampliación de uno de los hospitales públicos que ya
existen.
“Lo que estamos haciendo es una ampliación
para tener las cámaras de terapia intensiva, porque básicamente ese es el
problema”, señaló. Indicó que ahora la meta es contactar y asegurar que
para atender estas camas haya suficientes intensivistas.
“En el momento de emergencia no puedes
desocupar las camas porque tienes otro tipo de pacientes que son parte de la
rutina diaria del hospital, lo que provoca que en una emergencia no haya donde
meter a otros pacientes”, explicó.
Por eso, dijo, durante la crisis de influenza que
se vivió en 2009 se suspendieron las cirugías no urgentes, a fin de no ocupar espacios
que podrían ser necesarios para los pacientes con problemas respiratorios.
Tras esta experiencia, dijo, México y otros países
aprendieron la importancia de tener una reserva de espacios de terapia
intensiva para los momentos de emergencia; “ese es uno de los grandes
desafíos porque si no se tienen espacios y no se tiene el equipo ni
medicamentos, pues el paciente fallece”, declaró.
Atenderá también fugas de radiación y
bioterrorismo
El secretario detalló que este centro se prepara
para atender cualquier tipo de amenazas incluyendo incidentes de bioterrorismo,
terremotos, fugas de radiación y pandemias como la de influenza.
Córdova explicó que la coordinación de la atención
a desastres está a cargo de Protección Civil, dependencia que pertenece a la
Secretaría de Gobernación. Sin embargo, dijo, la Secretaría de Salud es la
encargada de proteger y atender las necesidades sanitarias de la población, y
por ello se pretende planear desde ahora el modo en el que esta atención se dé
de manera eficaz.
“Siempre Protección Civil va al lugar de los
hechos para coordinar la respuesta, pero así ya tendríamos un sitio a dónde
dirigir a los enfermos además de un centro de reserva estratégica para poder
dar respuesta inmediata. Nosotros (la secretaría de salud) somos una parte muy
importante de la respuesta”, explicó.
Sostuvo que en este proyecto también se incluirá
el contacto y la coordinación con todas las áreas que se necesite, incluyendo
la Comisión de Energía Nuclear.
“En los desastres hay equipos específicos que
se pueden requerir y se puede hacer de forma colaborativa, y de hecho así se
hace. Por ejemplo en materia de radiactividad se requiere trabajo en conjunto
en para poder tener trajes especiales y poder ir a las zonas más
contaminadas”, señaló.
Agregó que en este aspecto particular, también se
trabajaría de forma coordinada sobre qué hacer cuando los enfermos lleguen al
hospital “a nosotros nos toca también la atención de estos enfermos en
áreas especiales de los hospitales para que no tenga un efecto sobre otros
enfermos”, señaló.
Costará 50 millones de pesos
Sobre el costo, detalló que se calcula que será de
alrededor de 50 millones de pesos, recursos que básicamente se invertirán en el
equipo médico, toda vez que no se necesita construir un espacio adicional, sino
que se aprovecharán las remodelaciones que ya se llevan a cabo.
“Se tienen que invertir básicamente en el
equipo porque el espacio físico ya está acondicionado, ya está con sus cámaras
frías, sus cuartos de guerra y sus áreas de dormitorios para los médicos”,
declaró el funcionario.
Sostuvo que estos recursos más que un gasto son
una inversión; “si lo vemos positivamente es algo necesario tener porque
en el caso de una emergencia podemos responder de inmediato”, señaló.
Agregó que aunque muchos podrían considerar que
esto es un gasto innecesario puesto que estos recursos quedarían inactivos por
algún tiempo, consideró que ello no es necesariamente cierto pues las reservas
de medicamentos con el tiempo pudieran usarse en el resto de las instituciones
públicas de salud.
“Muchos de los medicamentos que tengamos allí
en la reserva, una vez pasado un tiempo y obviamente antes de que se caduquen,
se liberan hacia el resto de las instituciones de salud para que se utilicen y
se vuelve otra vez a completar la reserva estratégica”, señaló.
Por ello, dijo, mediante un correcto control de
inventario se podrían utilizar correctamente estas reservas y al mismo tiempo
estar protegidos contra diversas eventualidades.
Cada estado deberá desarrollar su propio
centro
Tras señalar que este centro será el primero de su
tipo, explicó que de momento se prevé que atienda solamente a la población del
Distrito Federal y áreas conurbadas, lo que no es una cifra menor, pues se calcula
que en esta área se concentra alrededor del 10% de la publicación del país.
Sobre lo que pasará en el resto del territorio
nacional, reconoció que de momento “no hay recursos federales para poder
hacer centros de este tipo en todo el país” y que para su eventual
construcción se necesitarían también destinar recursos estatales.
Sobre este punto, explicó que es muy complicado
poder incidir en los recursos estatales que destinan a la prevención de
emergencias porque este tipo de proyectos “son realmente un extra dentro
de lo que se requiere”.
Sin embargo, sostuvo que este es un extra que
“debemos tener presente porque ya vimos que las emergencias no
avisan”.
De hecho, señaló, que a partir de la pandemia de
influenza que se vivió en el país, la dependencia ha redoblado sus esfuerzos
por tener siempre una reserva estratégica de medicamentos.
“No podemos decir: bueno pues ya pasó la
crisis de A(H1N1) y me quedo sin medicamentos y cuando llegue otra vez, pues ya
compro más medicinas. La reflexión que nos dejó la pandemia es que tenemos que
estar mejor preparados siempre y con la experiencia que se ha tenido podemos
estar mejor”, declaró el secretario de salud.
