La leche es uno de los alimentos por excelencia de los pequeños, al nacer fue su única fuente de sustento y aunque luego de unos meses comenzaron con alimentación complementaria, los beneficios de la leche deberán acompañar a nuestros hijos durante todo su crecimiento porque es una rica fuente de calcio necesario para el crecimiento y desarrollo de los huesos.
Un niño de 1 a 3 años, necesitará 500mg de calcio (2 tazas ó ½ litro de leche), y uno de 4 a 8 años necesitará 800mg de calcio diariamente. Si no quiere tomar leche, debemos pensar en los derivados de la leche, como el yogurt y el queso que también aportan cantidades considerables de calcio.
Los demás alimentos no aportan la suficiente cantidad de calcio; por ejemplo, si quisiéramos suplir las necesidades de calcio de un niño con otros alimentos, necesitará comer 7 tazas de brócoli ó 15 tazas de espinacas para conseguirlo. Siempre la mejor opción para obtener calcio serán la leche y sus derivados.
Cuando el niño ya no quiere tomar leche, ni sus derivados en estado natural, una buena opción son los postres. A qué niño no le gusta los postres?. La desventaja es que a partir de los 2 años de edad no necesitan tanta cantidad de calorías que tienen los postres.
