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Necesario sensibilizar sobre la adopción de niños con discapacidad

El adoptar no sólo debería de verse como una opción para formar una familia, sino como una posibilidad de vida.


La cultura de adopción, en nuestro país, ha registrado un  desarrollo, sin embargo, éste  no ha tenido el avance esperado debido a que se mantienen tabúes y no se le ha brindado la atención que merece como estrategia de atención a los niños y adolescentes desamparados.  


En México, algunas causas por las que se acude a la adopción derivan cuando las parejas muestran problemas de infertilidad, impidiendo de manera natural la formación de una familia complementada con los hijos. Sin embargo, aún cuando el 10% de las parejas mexicanas padecen las consecuencias que produce la infertilidad, sólo el 5% toma la alternativa de la adopción.  


El adoptar es una decisión delicada, más aún cuando se trata de niños con alguna discapacidad, mayores de seis años o grupos de hermanos, ya que esto representa un reto todavía más grande, pero al considerar que la familia es el núcleo de todo, se verifica que esta opción no sólo permite la formación de un hogar, sino también da la satisfacción de brindarles a esos niños la oportunidad de vivir en familia, respetando el derecho que todos tienen de pertenecer a una. 


Hablar de los niños con discapacidad es referirse a una población vulnerable, que desafortunadamente mantiene una relación con la pobreza. De hecho, 63 por ciento de las discapacidades en México se concentran en los dos quintiles de la población con menor ingreso, informa el Consejo Nacional para las Personas con Discapacidad.  


En la actualidad, la adopción de niños recién nacidos o menores de un año tiene la mayor demanda dentro de las solicitudes y procesos, lo que ocasiona que las oportunidades para niños mayores, grupos de hermanos y aquellos que padecen alguna discapacidad sea reducida, originando que los pequeños vivan largo tiempo en un albergue. 


Cabe destacar que existen ordenamientos que buscan la protección de los menores, sobre todo los que se encuentran en los grupos vulnerables. Así, en 1994, se publicó en el Diario Oficial un convenio de adopción internacional de México con La Haya, lo que permite que en instituciones como el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) se tenga la preferencia  de que los niños primero sean adoptados en su medio cultural, en su entorno, pero cuando ya no tienen oportunidad, entonces  se conviertan en candidatos de adopción internacional. Ejemplo de ello, se ubica el DIF Oaxaca que tiene relaciones con España, Italia, Alemania, Francia y Suiza.  


Sin duda, es necesario impulsar mayores garantías para los pequeños que se encuentran en condiciones poco favorables y fomentar que la cultura de la adopción es más allá de una opción para formar una familia, sino se trata de un acto de amor y una posibilidad de vida, a la que cualquier niño desamparado sano o con discapacidad, recién nacido o mayor, solo o con sus hermanos debiera ser considerado.

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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