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La crisis económica cimbra la atención del VIH/sida

En México, la crisis financiera puso en alerta a organizaciones
civiles dedicadas a la respuesta al VIH/sida. Los potenciales recortes
en el presupuesto gubernamental las mantienen al tanto de las posibles
repercusiones en la atención y calidad de vida de quienes viven con el
virus y además han perdido su empleo debido a la inestabilidad
económica.
 
De acuerdo con el Informe sobre inflación abril-junio de 2009, del
Banco de México (BdeM), la recesión de la economía mexicana es más
profunda de lo que se había previsto. El organismo anticipó que para
este año el Producto Interno Bruto se contraerá 7.5 por ciento. Tal
reducción provocará, tan sólo en 2009, la desaparición de 735 mil
empleos formales, el doble de los creados en los dos primeros años de
la administración calderonista, cuyo número, según datos del Instituto
Mexicano del Seguro Social (IMSS), fue de 335 mil plazas.
 
La incapacidad mostrada por los recientes gobiernos de México para
enfrentar la recesión mundial ha ocasionado que la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en su reporte Estudio
económico de México 2009, califique el crecimiento de la economía
nacional en las últimas dos décadas como %u201Cdecepcionante%u201D, además de que
en la población persiste un lento avance de los indicadores de
bienestar.
 
Para Luis Adrián Quiroz, presidente de la organización civil
Derechohabientes Viviendo con VIH/sida del IMSS (DVVIMSS), las
consecuencias de los despidos se harán visibles una vez que concluya la
prórroga otorgada por el IMSS para continuar brindando seguridad social
a quienes perdieron su empleo en los primeros meses del año.
 
%u201CViene la parte más dura: calculamos que 3 mil personas VIH
positivas deberán incorporarse de manera inmediata a los servicios de
la Secretaría de Salud, lo que elevaría el número de esquemas de
tratamiento que debe otorgar esa dependencia%u201D.
 
El activista señala que la capacidad de la Secretaría de Salud,
del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida
(Censida), y de los Centros Ambulatorios para la Prevención y Atención
del Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits), está en
entredicho, pues la compra de medicamentos contra el sida para 2009 fue
30 por ciento menor que el año anterior.
 
%u201CA pesar de que hubo una negociación de precios con la industria
farmacéutica, las compras disminuyen aludiendo que hay grandes
cantidades en los almacenes de los Capasits. ¡Eso es falso! El gobierno
solamente compró alrededor de 16 mil 500 esquemas de tratamiento, menos
de los 24 mil requeridos para todo el año%u201D.
 
El dirigente de DVVIMSS advierte que el número de personas con VIH
en México podría superar, hasta por 180 mil casos, al conteo más
reciente del Censida, que asciende a 220 mil.
 
La preocupación de Quiroz Castillo no parece menor si se toma en
cuenta el informe La crisis económica global y los programas de
prevención y tratamiento del VIH: vulnerabilidades e impacto, elaborado
por el Banco Mundial y el Onusida. Tras una recopilación de datos
efectuada en marzo pasado en 71 países, el análisis evalúa cómo la
crisis económica podría afectar a los cerca de 4 millones de personas
VIH positivas con tratamiento antirretroviral (ARV), así como a los 7
millones que lo requieren pero que no pueden conseguirlo. Advierte que
la ayuda de los donantes o no se incrementará o incluso será recortada,
aunado a que los ingresos financieros de las naciones subdesarrolladas
disminuirán.
 
El informe asegura que durante las crisis anteriores se aprendió
que los recortes a los gastos para el desarrollo social tienen efectos
negativos a largo plazo. %u201CResponder a las dificultades económicas
reduciendo el gasto destinado al VIH hará retroceder los logros más
recientes y requerirá medidas para compensar esta situación que serán
muy costosas a largo plazo%u201D.
 
¿Tratamientos en riesgo?
 
De acuerdo con datos del Censida, cerca de 45 mil personas en el
país reciben terapia ARV. En entrevista con Letra S, José Antonio
Izazola, director del organismo, asevera que de los mil 331 millones de
pesos (mdp) asignados como presupuesto al Censida para todo el año, mil
9 mdp son para la compra de ARV, 219 mdp para la realización de pruebas
de seguimiento (carga viral, conteos de CD4 y genotipo) y el resto para
gastos operativos.
 
Para el funcionario, las negociaciones con la industria
farmacéutica efectuadas en 2008 fueron %u201Cuna cuestión exitosísima%u201D,
puesto que se obtuvo la reducción de precios para todo el sector Salud
y se ahorraron 182 mdp, utilizados para hacer una compra anticipada de
ARV. Además, al pactar de manera adelantada los precios que se pagarán
del 1 de abril de 2009 al 31 de marzo de 2010, el sistema de salud se
ahorró 400 mdp.
 
Sobre las consecuencias de la crisis en la atención del VIH/sida,
el titular del Censida descartó que haya grandes repercusiones, al
menos en lo financiero, pues México recibe sólo 1 por ciento del gasto
para sida de fondos internacionales, y aseguró que el abasto de ARV
está garantizado para quienes los reciben y para quienes puedan
requerirlos tras haber perdido la seguridad social.
 
%u201CCuando una persona pierde su empleo, no tiene seguridad social;
en el caso del VIH, si la persona requiere ARV, nosotros (la Secretaría
de Salud) debemos proporcionárselos. Al respecto ya hicimos un estimado
de cuántas personas vendrían al sistema público de salud. Aunque no
sabemos cuántos de quienes pasaron al desempleo en el primer semestre
del año viven con VIH, todos tienen un periodo de seis meses para
recibir ARV. Así, pensamos que 10 por ciento de todos los desempleados
no recuperará un empleo formal al menos en un periodo de 12 meses. Ese
sería el porcentaje que recurriría a los servicios del sector Salud,
incluyendo a las personas afectadas por la epidemia%u201D.
 
Convencido, Izazola rechaza que haya una liga directa entre la
pobreza y la adquisición del VIH, y cita encuestas poblacionales
elaboradas por el Onusida en diversas partes del mundo que señalan que
la mayor prevalencia de la epidemia no está entre los más pobres, ni en
los desempleados, ni en quienes tienen menores grados de escolaridad.
 
El problema, dice, es que la pobreza dificulta las acciones de
prevención por lo que se requiere, mediante programas de mercadeo
social, hacer llegar condones a las poblaciones clave conformadas por
hombres que tienen sexo con hombres, usuarios de drogas inyectables,
trabajadoras del sexo comercial, y personas privadas de su libertad.
 
Sobre la cifra de 220 mil personas con VIH que oficialmente estima
el Censida y que algunos activistas han puesto en duda, Izazola dijo
desconocer los modelos matemáticos y epidemiológicos que utilizaron, y
destacó los métodos de estimación usados por el organismo en convenio
con agencias internacionales.
 
Desempleo deteriora la vida de VIH positivos
 
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática, de junio de 2008 al mismo mes del 2009, el
IMSS notificó un descenso de casi 602 mil asegurados y, aunque no puede
saberse con exactitud cuántos desempleados viven con VIH, al menos en
la ciudad de México un indicador lo tiene la Clínica Especializada
Condesa. Al respecto habla la encargada del Programa de VIH/sida en el
Distrito Federal, Andrea González:
 
%u201CAl 1 de enero de este año, en el DF el IMSS tenía asegurados a 2
mil 500 trabajadores con VIH, y había otros 530 del ISSSTE. De esa
fecha y hasta el pasado 25 de julio, la Clínica Condesa había recibido
a 443 personas que perdieron la seguridad social, aunque no todos
provenían de la capital, sino también de otras partes del país, pasando
a formar parte de los 5 mil 500 usuarios que reciben terapia
antirretroviral%u201D.
 
Sólo en el primer semestre de 2009, la Clínica Especializada
Condesa ha detectado 500 nuevos casos de VIH, a cuyo servicio de
detección acuden semanalmente cerca de 200 personas.
 
Por su parte, Patricia Campos, Jefa de la Oficina para América
Latina de Aids Healthcare Foundation, organización internacional que
pugna por la disminución de los precios de los ARV en varios países del
mundo, considera una ventaja que el acuerdo entre el gobierno mexicano
y la industria farmacéutica alcanzado en 2008 esté fijado en pesos y no
en dólares, por lo que aconseja a las autoridades %u201Cno bajar la guardia
y evitar así que cambien las reglas del juego%u201D.
 
Ante este escenario, José Antonio Izazola advierte que en un
contexto de crisis económica la respuesta al VIH deberá enfocarse en
dirigir el gasto preventivo, calculado en 30 mdp, a las poblaciones
clave.
 
%u201CAhí es justamente donde hay que enfatizar para hacer prevención
focalizada. No son 30 millones para apoyar a las organizaciones
civiles, hay varias que están enojadas porque no recibieron apoyo para
su desarrollo institucional. Se trata de presupuesto en prevención y no
para fortalecer a la sociedad civil%u201D.
 

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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