México, D. F., 8 de enero (Redacción LaSalud.com.mx).- La idea de que los hamsters son mascotas seguras puede cambiar, luego de que una investigación del Centro para el Control y Prevención de la Enfermedad (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos revelara que los hamsters y otros roedores adquiridos en tiendas de mascotas son portadores de una variedad muy resistente de la bacteria conocida “Salmonella enterica”. Se tienen identificados, al menos 28 casos de seres humanos infectados.
Las autoridades sanitarias de Estados Unidos comenzaron una laboriosa campaña de rastreo desde agosto del 2004, cuando un veterinario informó al Departamento de Salud de Minnesota sobre la detección de dos hamsters con salmonella, los cuales formaban parte de un lote de 780 animales, procedentes de Iowa, destinados a varias tiendas de mascotas. Muchos de estos animales murieron.
Las autopsias realizadas a los animales descubrieron que la infección fue provocada por la bacteria “Salmonella enterica” del serotipo “Typhimurium”. El rastreo permitió detectar los casos de dos pacientes, niños de cuatro y cinco años, quienes se infectaron con una bacteria que coincidió con el subtipo de los roedores. Las familias de los menores habían adquirido un roedor en los meses de junio y agosto del 2004. Algunos de los afectados, cuya edad promedio fue de 16 años, contrajeron la enfermedad por contagio.
La bacteria causante mostró ser resistente a diversos antibióticos, debido probablemente a que los criadores de estos animales les administran diversos antimicrobianos para evitar que se enfermen. Aunque algunos de los pacientes tuvieron que ser hospitalizados, la enfermedad no tuvo consecuencias de gravedad, según los informes.
Los resultados de la investigación fueron publicados en el “New England Jurnal of Medicine” y sus autores pidieron a la comunidad médica estar alerta ante esta nueva fuente de contagio de la salmonelosis en los seres humanos. Recomendaron a los dueños de hamsters, ratas y ratones, además de las personas que trabajen con ellos, extremar las medidas de higiene al manipularlos y limpiar sus jaulas.
De acuerdo con los expertos, la bacteria puede sobrevivir hasta un año en las jaulas y tiendas de animales, donde también deben observarse estrictas medidas de limpieza.
