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Los servicios de salud de Gaza, próximos al colapso


El acceso a la atención peligra


Los hospitales están desbordados


El combustible se está acabando


El personal sanitario está agotado


Los servicios de salud de Gaza, muy precarios y faltos de medios, pueden colapsarse en cualquier momento si no se adoptan urgentemente medidas para apoyarlos y protegerlos. La OMS ha llamado a mejorar de inmediato la situación para garantizar la llegada de la ayuda humanitaria y sanitaria a la población local.


Hasta la fecha se han registrado más de 920 muertos y más de 4000 heridos, según datos del Ministerio de Salud de Palestina. La lista de víctimas sigue creciendo, y entre ellas hay muchos civiles. 


Los suministros médicos necesarios para salvar vidas no llegan a quienes los necesitan. Numerosos suministros que salvan vidas y que se necesitan urgentemente para tratar a los heridos y mantener en funcionamiento los servicios de salud siguen acumulándose en las fronteras de Gaza. No pueden entrar los suficientes camiones en la zona, y la distribución por el interior de Gaza se ve limitada por la falta de seguridad y de infraestructuras.


El acceso a la atención peligra. La intensidad de los bombardeos aéreos y de las hostilidades terrestres (con el acordonamiento de Gaza en distintos sectores y restricciones de la libertad de movimiento) están dificultando seriamente el desplazamiento de los pacientes, la acción de los servicios médicos de urgencias, las derivaciones y el movimiento de personal sanitario decisivo para garantizar un funcionamiento eficaz y eficiente de esos servicios. La evacuación médica de algunas personas gravemente heridas fuera de Gaza se ve obstaculizada, no sólo por la falta de seguridad sino también por el cierre de las fronteras y la restricción de los movimientos.


Los hospitales están desbordados. No disponen ni de camas suficientes en los servicios de urgencias y de cuidados intensivos ni de los quirófanos necesarios para atender al gran número de víctimas. Las medidas provisionales adoptadas para convertir otras camas de hospital en camas para traumatizados y personas necesitadas de cuidados intensivos están alcanzando también el límite de sus posibilidades. Se ha informado de que algunos heridos yacen en el suelo en los servicios de salud.


El personal sanitario está agotado. Los servicios médicos de urgencias y los equipos de atención a traumatizados vienen trabajando de forma ininterrumpida desde que comenzaron los bombardeos aéreos el 27 de diciembre. Están físicamente agotados y es preciso reemplazarlos cuanto antes para poder seguir dispensando unos servicios vitales para los heridos graves. La electricidad puede fallar en cualquier momento. Todos los hospitales dependen de generadores, algunos de ellos durante todo el día, porque se ha cortado el suministro eléctrico.


El combustible se está acabando. La interrupción del suministro eléctrico puede tener efectos catastróficos en lo relativo al control de las infecciones, las transfusiones de sangre, la esterilización de instrumentos y los medios básicos de saneamiento e higiene en los hospitales, los quirófanos y las unidades de cuidados intensivos. Cabe prever también un aumento de la incidencia de infecciones hospitalarias potencialmente mortales (como gangrenas, septicemias, tétanos, etc.) y de complicaciones (por ejemplo casos de choque).


La OMS ha establecido una base de operaciones de emergencia en Ramallah, junto con el Ministerio de Salud, para ayudar a coordinar la respuesta del sector sanitario; intentar que se autorice el acceso sin límites a Rafah; seguir el rastro de las donaciones médicas y los suministros de socorro; y planificar la entrada en Gaza si se acuerda un alto al fuego. 


Además de proporcionar equipos quirúrgicos suficientes para atender a 5000 personas y kits sanitarios de emergencia para 90 000 para tres meses, la OMS está coordinando la entrada de suministros médicos en Gaza. La Organización está colaborando también con organismos de las Naciones Unidas y con sociedades de la Media Luna Roja para reforzar la capacidad operacional en la frontera de Rafah a fin de posibilitar la evacuación médica de los pacientes en estado crítico y de someter a seguimiento los productos de socorro y las donaciones médicas. 


Desde las bases operacionales de Gaza, Ramallah y Jerusalén, la OMS está fortaleciendo la investigación y el control de los brotes de enfermedades transmitidas por el agua y los alimentos. Recomienda que se aborden los problemas de salud ambiental, sobre todo en materia de saneamiento e higiene, entre las poblaciones desplazadas. Equipos de la OMS están ayudando al personal médico a tratar los traumatismos y heridas, y estableciendo un mecanismo de coordinación para poder evaluar conjuntamente las necesidades sanitarias en Gaza. 


Según el OOPS, el número de desplazados supera los 13 000. Los servicios de apoyo para la provisión de atención sanitaria, agua salubre, alimentos, y saneamiento e higiene básicos para las personas desplazadas son muy limitados o inexistentes. Si no cesan las hostilidades, cabe prever que el número de desplazados aumentará. 


Tanto para las poblaciones desplazadas como para la población general, existe ya un serio riesgo de aparición de brotes de enfermedades transmisibles, como infecciones respiratorias agudas, sarampión y diarrea líquida aguda, infecciones todas ellas que pueden provocar una alta mortalidad entre los niños. Cabe prever que aumentará también la mortalidad entre las embarazadas y los recién nacidos, y dejarán de tratarse cada vez más casos de enfermedades crónicas y trastornos psicosociales. 

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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