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Atención oportuna en niños con tartamudez logra hasta 90 por ciento de mejoría

El Instituto atiende este problema en la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación (UMFR) del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XX.
 
Con la atención oportuna que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) brinda a niños con disfemia, mejor conocida como tartamudez, se logra hasta en un 90 por ciento de los casos la mejoría en el habla, dicción, pronunciación y control del estrés.
 
En 2007 el Instituto registró un total de 39 mil 379 consultas de terapia del lenguaje. El mayor número de atenciones se otorgaron en el Distrito Federal con 24 mil 054, seguido del Estado de México y Jalisco.
 
El doctor Ricardo Gerardo Hidalgo Luna, psiquiatra del Servicio de Higiene Mental Pediátrica del Centro Médico Nacional (CMN) La Raza explicó que este trastorno del habla afecta el flujo de las palabras con repeticiones de los sonidos o con espacios prolongados y se puede considerar normal hasta los seis años.
 
Dijo que si después de dicha edad persisten las dificultades en el lenguaje, que puede acompañarse de tics y movimientos con las manos, se recomienda acudir con el médico pediatra o psicólogo para que revisen el caso.
 
Indicó que la herencia constituye un factor para presentar disfemia, aunque no determinante, porque si en la rama familiar alguien tiene o tuvo tartamudez, es probable que el pequeño lo padezca.
 
Otras causas pueden ser de origen cerebral, por falta de coordinación en la emisión-recepción de lo que se quiere expresar, por condición anatomofisiológica, que es cuando se interrumpe la orden que el cerebro da a las articulaciones de los maxilares y la lengua; otro de los motivos es un daño neurológico en algunos pacientes con trauma cerebral.
 
Puntualizó que la tartamudez se diagnostica por medio de la observación clínica del psicólogo, que valora estado emocional, conducta y habla del menor; para lo cual se ordena un estudio fonoaudiológico con el fin de descartar alteraciones en la recepción de la audición o en el sistema periférico o central.
 
Este trastorno se clasifica en tres tipos: clónica, que es la repetición de sonidos aislados o silabas, como decir qui-qui-quie-ero; tónica, formada por espasmos que interrumpen la frase o palabra que se quiere expresar; y mixta, es decir, la combinación de las dos anteriores.
 
Hilda Sedeño de la Rocha, Fonoaudióloga de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación (UMFR) del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI del IMSS, señaló que las terapias deben ser reforzadas con la ayuda y comprensión de los familiares, porque los pequeños tienen que aprender a controlar su estrés.
 
Comentó que el Seguro Social brinda atención con el médico pediatra y psicólogo, examinando el estado familiar y psicosocial; además los infantes realizan terapias que ayudan a mejorar la expresión e interacción social y aprenden a no sentirse avergonzados al hablar.
 
La  terapia consiste en ejercicios de relajación corporal, ya que se trata de pacientes que presentan contracturas y comúnmente se tensan al platicar; de respiración y de lectura en voz alta de palabras, textos, rimas y versos; todo con el fin de mejorar la mecánica respiratoria y articular adecuadamente la cavidad bucal.
 
Los especialistas expusieron que un niño con este problema frecuentemente es objeto de burlas de sus compañeros de escuela, por la falta de comprensión; esto conlleva problemas emocionales y afectivos por lo que recomendaron no interrumpirlos cuando hablen, no festejar cuando digan algo bien y tampoco evidenciarlos. Hay que darles su lugar sin hacer ninguna distinción para que tengan autonomía, confianza y seguridad.

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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