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Nuevos hallazgos en medicina fetal

La edad de la madre no es el único factor de riesgo para que un bebé tenga Síndrome de Down
 
El parto pretérmino, la preeclamsia y la restricción del crecimiento intrauterino son los principales problemas que enfrenta una mujer con embarazo de alto riesgo y las causas más comunes de morbilidad y mortalidad materna, fetal y prenatal, afirmó el Jefe del Departamento de Cirugía Fetal del Instituto Nacional de Perinatología %u201CIsidro Espinosa de los Reyes%u201D, Mario Guzmán Huerta.
 
Dijo que se ha encontrado que estos problemas pueden tener su origen en la placenta, es decir, ser enfermedades placentarias, de tal forma que se debe estudiar si es la causa de esos padecimientos.
 
Hizo hincapié en la importancia del diagnóstico oportuno de esos padecimientos en la mujer embarazada, ya que el bajo peso por parto pretérmino o restricción del crecimiento intrauterino tiene una repercusión importante en la mortalidad y calidad de vida del bebé que sobrevive, ya que puede tener secuelas neurológicas.
 
Detalló que antes se creía que el daño neurológico se debía a una mala atención al momento del parto; sin embargo, los estudios actuales muestran que el principal factor de riesgo para daño neurológico del feto es la restricción del crecimiento.
 
Las investigaciones científicas al respecto, publicadas en revistas especializadas como Pediatrics, señalan que entre 70 y 80% de los problemas neurológicos en la etapa prenatal y de la primera niñez tienen que ver con eventos hipóxicos antes y no durante el parto.
 
Destacó que por lo general, los estudios clínicos en estas mujeres se hacen durante el segundo trimestre del embarazo, sin embargo, los análisis al respecto, realizados desde el primer trimestre de gestación en la Clínica de Medicina Fetal Preventiva del INPer han mostrado mejores resultados.
 
 
 
 
Dio a conocer que en la Clínica de Medicina Fetal Preventiva, todas las mujeres embarazadas se somenten a un escrutinio clínico desde el primer trimestre, mediante mediciones con ultrasonido y estudios bioquímicos para determinar el riesgo de enfermedad placentaria.
 
De esta manera, al conocer el riesgo alrededor de la semana 11 de embarazo, para enfermedad cromosómica, preeclamsia, parto pretérmino y de restricción de crecimiento, se pueden aplicar medidas preventivas que reduzcan la posibilidad de que se presenten.
 
Explicó que la enfermedad placentaria es un padecimiento del feto y de la madre y detalló que se ha encontrado DNA fetal en la sangre materna que no pertenece por completo al feto sino que es de la placenta, pues después del alumbraimiento hay una rápida disminución de ese DNA circulante.
 
Señaló que en pacientes con preeclamsia o parto pretérmino se han demostrado diferencias importantes en las cantidades de DNA placentario en relación con las pacientes sanas.
 
Durante la XXV Reunión de Anual de Investigación del INPer, el especialista también habló de los hallazgos más recientes para el diagnóstico de enfermedades cromosómicas, como el Síndrome de Down, acerca del cual afirmó que es obsoleto el concepto de que la edad a partir de los 35 años es el factor preponderante para estos padecimientos, ya que debido a esta creencia sólo se detecta 35% de los casos, y el 65% restante se queda sin diagnóstico, porque la gran cantidad de embarazos se da en mujeres menores de 35 años.
 
Dio a conocer que en la actualidad, de 15 a 20% de las mujeres embarazadas mayores de 35 años tiene un bebé con síndrome de Down, mientras en 1970 era apenas de 5%.
 
Dijo que es posible detectar con una sensibilidad de hasta 92% si un bebé tiene riesgo cromosómico, como puede ser Sindrome de Down o trisomías 13 y 18. Para ello se debe considerar en primer lugar la edad de la mujer gestante, así como el hecho de que tenga otro hijo con riesgo cromósómico, estudios de ultrasonido y de sangre, además del análisis de marcadores llamados emergentes.
 
Mencionó que 82% de las mujeres en edad reproductiva tiene muy bajo riesgo, con una posibilidad de uno en mil, grupo en el que se registra 5% de los casos de trisomía 21.
 
Finalmente, hizo hincapié en que se debe valorar de forma detallada a cada mujer para considerar si tiene riesgo cromosómico, a fin de evitar que se someta de manera innecesaria a un procedimiento invasivo. De esta forma, disminuyen en gran medida los costos y se tiene un mejor diagnóstico del que se obtenía con sólo tomar en cuenta la edad materna.
 

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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