“7 de cada 10 pacientes que sufren algún tipo de dolor son mal diagnosticados, lo que provoca que un dolor agudo, aquél que no dura más de 6 semanas y se sabe qué lo está causando, se convierta en crónico, lo que afecta la calidad de vida, aumentan los costos de hospitalización y de tratamiento, afecta las actividades diarias, laborales y afectivas, del paciente”, señaló la Dra. María Luisa Prieto, médico-anestesióloga de la Unidad del dolor y Cuidados Paliativos de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) No 25 del IMSS Monterrey
%u201CUn dolor bien tratado trae bienestar y satisfacción al paciente, movilización temprana, disminuye los costos tanto hospitalarios como de consumo de fármacos y se reducen las complicaciones, todo esto se ve reflejado inmediatamente en la calidad de vida y en la incorporación temprana del paciente a sus actividades diarias%u201D, afirmó la Dra. Prieto.
Los dolores más comunes o agudos son los de cabeza, lumbagias o dolor de espalada baja, musculares, articulares, abdominal, menstrual y dental. Los dolores más severos o crónicos son las lumbagias, el dolor provocado por cáncer, el desgaste osteodegenerativo y el que se presenta por la diabetes mellitus o dolor neuropático. %u201CPara tratar este tipo de dolores, actualmente existe la combinación de ketorolaco (AINE) con tramadol (opioide), dicha combinación potencializa los efectos de cada uno de sus componentes, lo que permite menos dosis, mayor apego al tratamiento y menos efectos secundarios en los pacientes, que da como resultado un manejo adecuado del dolor%u201D. Puntualizó la especialista.
El dolor afecta severamente la calidad de vida de quien lo sufre toda vez que puede llegar a interferir en los ciclos de sueño, alterar el estado de ánimo e incluso el desarrollo de relaciones interpersonales.
La Doctora Prieto agregó que %u201Clas características del dolor son variables y por ello se debe establecer un diagnóstico preciso que requiere de observación cuidadosa, continua y seguir las guías ya establecidas para su diagnóstico. Esto principalmente porque la capacidad para soportarlo varía según el estado de ánimo, personalidad, cultura y las circunstancias de cada persona. Los pacientes deben de evitar la automedicación y las recetas de antaño%u201D.