El 10 por ciento de los niños mexicanos sufre maltrato: INP
México D. F.- En el marco del décimo aniversario de
Loredo Abdalá explicó que las formas más comunes de maltrato son el abuso sexual, físico, psicológico y negligencia. En menor medida, agregó, se presentan casos de ritos satánicos, situaciones de guerra, migración, trabajo y abuso fetal. El principal agresor en áreas urbanas es la madre y en las suburbanas el padre. Las estadísticas muestran que entre el 55 y el 85 por ciento de los agresores también fueron maltratados durante su infancia.
Apuntó que en los últimos años se han encontrado dos nuevos tipos de maltrato infantil, los llamados buillyng, que es la agresión psicológica o física en la escuela, y la alienación parental, que se presenta cuando los padres se separan y utilizan a los hijos como chantaje económico o emocional.
El especialista aseguró que la mayoría de los niños maltratados atendidos en la clínica del INP suelen llegar con manifestaciones clínicas asociadas a otro tipo de problemas, y es hasta después de una evaluación del personal que se detecta su condición de maltrato, pues con frecuencia médicos y enfermeras encuentran lesiones en los menores que los padres no pueden justificar. En este sentido,
La atención al maltrato infantil es multidisciplinaria, e implica la participación de especialistas en trabajo social, psicología, psiquiatría y derecho, además de subespecialidades, como urgencias, terapia intensiva, oftalmología, ginecología y odontología. De esta manera, cuando se recibe a un niño con lesiones puede precisarse con claridad si éstas son consecuencia de una agresión o de un accidente. Entre otras herramientas, se cuenta con un estudio para detectar si un adulto es un potencial maltratador.
Además, las actividades de la clínica, detalló su director, incluyen cursos de posgrado con duración de un año para los especialistas en pediatría y, junto con
Arturo Loredo aseguró que el 66 por ciento de los 150 casos atendidos en los últimos tres años ha dejado de sufrir el problema y el menor maltratado recibe atención psicoemocional para evitar que sea un agresor en la edad adulta.
Entre los síntomas que pueden llevar a sospechar que un niño es víctima de maltrato, se encuentran la pérdida de control de los esfínteres, cambios en el comportamiento, inquietud, miedo, alteraciones del apetito y en el patrón alimentario.