Realiza Médica Sur el seminario “Cáncer, el enemigo a vencer”
Por Víctor M. García Camacho
México D. F., 25 de febrero (LaSalud.com.mx).- La lucha contra el cáncer ha desarrollado nuevas estrategias en unos cuantos años. Hablar de medicamentos que atacaran a los tumores por la vía biológica hubiera sonado como algo digno de la ficción científica hace algunos años. Sin embargo, los adelantos médicos de nuestra época hacen abrigar grandes esperanzas en la lucha contra la enfermedad.
El cáncer es responsable de alrededor de 62 millones de fallecimientos al año. Se calcula que si no hubiera otras causas de muerte, una de cada cuatro personas moriría por cáncer, según informó el doctor Ricardo Sosa Sánchez, director del Centro Oncológico Integral “Diana Laura Riojas de Colosio”.
Ante un auditorio conformado por médicos y pacientes con sus familiares, el doctor recordó que ya Hipócrates había descubierto la naturaleza sistémica del cáncer, es decir, que no se reduce sólo a los tumores.
En general, puede decirse que el cáncer se inicia cuando existe una alteración en el crecimiento y reproducción de las células. Si las células de algún tejido empiezan a multiplicarse sin cumplir un objetivo fisiológico, originarán formaciones llamadas neoplasias o tumores, las cuales pueden ser benignas o malignas.
Las neoformaciones benignas no comprometen al tejido que les dio origen, y en ocasiones existe una cápsula que los separa del tejido sano. Por el contrario, las neoplasias malignas son tumores que invaden tejidos y órganos sanos, causándoles severos daños y poniendo en riesgo la vida del paciente.
La predisposición genética es una causa de la enfermedad, y aunque sobre esto todavía no Investigaciones recientes han descubierto que algunos cambios en la estructura de los genes favorecen el desarrollo del cáncer. Estas mutaciones son causadas por múltiples factores. El daño genético es un primer daño en la estructura de los ácidos nucleicos, y de manera subsecuente se van presentando otros daños, se van encadenando mutaciones.
Es posible que dichas mutaciones sean identificadas por el organismo y las células que las contienen sean destruidas a través del fenómeno conocido como apoptosis, un mecanismo de muerte celular programada. El problema viene cuando las células afectadas no son destruidas, por lo que empiezan a reproducirse sin control.
El evento contó con la presencia de la doctora Shulamit Katzav-Shapira, de la Universidad Hebrea de Jerusalem, quien explicó que existen alrededor de 300 genes relacionados con el cáncer, los cuales se dividen en oncogenes, que son las mutaciones de los genes normales que llevan a las células a dividirse en forma desordenada; y genes supresores, que son los que controlan el ciclo celular. No contar con estos genes supresores, a decir de la doctora Katzav, es como tener “un automóvil con los frenos descompuestos”.
Como conclusión de su ponencia, la especialista de la Universidad Hebrea de Jerusalem definió al cáncer como una combinación de oncogenes activados y una falla en los genes supresores.
Aunque las causas concretas de la activación de los oncogenes son aún materia pendiente, es un hecho que la forma de entender al cáncer y de combatirlo ha cambiado, pues ahora se tiene un enfoque biológico que, combinado con las terapias convencionales, ha dado resultados muy alentadores.
La doctora Katzav-Shapira indicó que la mayoría de los nuevos medicamentos contra el cáncer están diseñados para atacar a los oncogenes activados, pues “es más fácil y lógico atacar algo que se ve, que ocuparse de algo que no está presente en los pacientes con cáncer (los genes supresores)”, finalizó.
Durante su presentación, el doctor Dan Green, coordinador de Investigación y Enseñanza del Centro Oncológico de Médica Sur, recordó que el tratamiento actual del cáncer implica una terapia integral y multidisciplinaria. Hizo un recuento de los enfoques por los que la enfermedad ha pasado: el meramente anatómico, el histológico y, ahora, el biológico.
La nueva etapa ha hecho que el tratamiento de la enfermedad se revolucionara en los últimos años. Además de la cirugía y la quimioterapia, la lucha contra el cáncer cuenta ya, por ejemplo, con la posibilidad de dirigir las radioterapias a blancos específicos con mucha precisión. Esta terapia dirigida tiene como objetivo principal bloquear el factor de crecimiento de las células cancerígenas.
La práctica clínica ya ha demostrado que la suma de la quimioterapia convencional y los nuevos medicamentos diseñados para atacar directamente a los tumores ha logrado un mayor índice de supervivencia en los enfermos, lo cual hace vislumbrar un futuro en el que el cáncer, por que no pensarlo, sea sólo recordada como una enfermedad que alguna vez causó la muerte de muchos seres humanos.