México, D.F., (Redacción LaSalud.com.mx).- La histerectomía o resección del útero, es una cirugía por la que muchas mujeres del mundo tiene que pasar, tan sólo en Estado Unidos 600,000 féminas han sido operadas anualmente.
La cirugía consiste en la extirpación total o parcial del útero, se puede realizar por el abdomen o la vagina. Con frecuencia, y dependiendo de los factores la intervención se puede extender a las trompas de Falopio y de uno a los dos ovarios. La decisión se toma con base al tipo de problema que presente en los mismos y la indicación que se tenga de la histerectomía.
El procedimiento generalmente se percibe como indicador de más problemas de salud, aunque estadísticamente se demuestre lo contrario, provocando una sensación de vacío en la pelvis, el adelanto de la menopausia, depresión, inapetencia sexual y agregando más estrés a la persona que paso por la incisión.
Además, la afectación a la fertilidad por la extracción de uno o ambos ovarios, originando la esterilidad, un punto muy importante si la persona no tiene hijos aún. Por consecuencia, afectará de manera significativa los resultados de la operación.
Los síntomas más comunes que llevan a la histerectomía son: la miomatosis y la adenomiosis uterina -tumores benignos que aparecen en los ovarios-, el sangrado uterino anormal, el prolapso uterino -caída o deslizamiento del útero desde su posición normal en la cavidad pélvica al canal vaginal- y la hipertrofia uterina –agrandamiento del útero-.
Por lo general, estos trastornos se traducen como dolor pélvico esporádico o continúo, sangrado menstrual anormal o molestias durante la actividad sexual.
Un estudio del Dr. Kristen H. Kjerulff, publicado en la revista American Journal Obstet & Gynecology, analizó los puntos antes mencionados, investigando la impresión de más de mil pacientes sometidas a la resección del útero.
Después de dos años de indagación, se llegó a la resolución que la intervención quirúrgica resulta satisfactoria al tratar al paciente con una cantidad adecuada de hormonas, según sea el caso, dando como resultado la disminución o desaparición de los síntomas que originaron la histerectomía.
Por los mitos que han surgido después de la intervención quirúrgica, y el no saber qué esperar de la misma, muchas mujeres la posponen hasta el final, soportando los dolores y síntomas innecesariamente.
Las personas que fueron sometidas al procedimiento, tienen una impresión muy positiva del mismo, pues los síntomas fueron resueltos totalmente por la operación.
No obstante, la investigación no encontró ninguna alteración emotiva o sexual, contrario a lo que perciben los pacientes. En cambio, reportaron que se logró controlar los síntomas que afectaban su calidad de vida.
No hay que olvidar que toda operación tiene peligros, principalmente la histerectomía, por tanto antes de aceptarla, se debe preguntar al médico sobre los riesgos, así saber que esperar de ella.
Lo importante es informarse a detalle sobre la operación, y saber que la resección del útero trae una calidad de vida mejor para la persona que entra en un quirófano.