Investigadores mexicanos, reconocidos por la revista “The Lancet”
México D. F., 30 de enero (Redacción LaSalud.com.mx).- El semanario británico “The Lancet” decidió que la investigación sobre la seguridad y eficacia de la vacuna contra el rotavirus, desarrollada por GlaxoSmithKline y en la que participaron científicos mexicanos, merecía ser reconocida como el “Artículo del año”.
El estudio fue publicado en enero de 2006 en el “New England Journal of Medicine”, y gracias a él, según se mencionó, la vacuna contra el rotavirus es una realidad, lo que representa un gran impacto en la salud mundial.
Los científicos mexicanos que participaron en el estudio estuvieron encabezados por el doctor Guillermo Ruiz Palacios y Santos, “primer autor” del mismo y jefe del departamento de Infectología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”.
El estudio incluyó datos sobre 63, 225 lactanates, de los cuales 13, 243 eran mexicanos. La primera vacuna considerada como segura y eficaz contra el rotavirus, desarrollada por el laboratorio GlaxoSmithKline, fue aplicada en México en enero del 2005. Gracias a sus resultados, actualmente está disponible en 80 países y ha sido incorporada a los programas de vacunación de Brasil, Panamá, Venezuela y Austria.
El rotavirus es la causa más común de diarrea severa en niños, y de la muerte de más de 600 mil niños a nivel mundial. La enfermedad por rotavirus está caracterizada por vómito y diarrea acuosa por entre 3 y 8 días, fiebre y dolor abdominal. La inmunidad después de la infección es incompleta, las infecciones posteriores tienden a ser menos severas que la infección original.
El rotavirus tiene una apariencia característica parecido a una rueda, cuando es visualizado mediante microscopio electrónico (el nombre rotavirus es derivado de la palabra en latín “rota”, que significa rueda). Los rotavirus son virus no envueltos, de doble cáscara. El genoma esta compuesto de 11 segmentos de RNA de doble-hebra, que codifican por seis proteínas estructurales y cinco no estructurales. El virus es estable en el medio ambiente.
La principal forma de transmisión es fecal-oral, aunque se han reportado bajos títulos del virus en secreciones del conducto respiratorio y otros fluidos corporales. Dado que el virus es estable en el medio ambiente, la transmisión puede ocurrir a través de la ingestión de agua o comida contaminada, y mediante contacto con superficies contaminadas.
En los países de clima templado, la enfermedad tiene un patrón estacional de invierno, con epidemias anuales generalmente entre noviembre y abril. Las tasas más altas de enfermedad ocurren entre bebés y niños jóvenes. Los adultos también pueden infectarse, aunque la enfermedad tiende a ser leve.