Piergorgio Welby ya descansa y los tribunales siguen discutiendo
México, D. F., 22 de diciembre (Redacción Salud Mundo de Hoy).- Piergorgio Welby, italiano que padecía una distrofia muscular que lo mantuvo inmovilizado por más de 40 años, murió la noche del miércoles, asistido por el doctor Mario Riccio, anestesista que aceptó haber desconectado el respirador artificial que lo mantenía con vida.
Riccio explicó que desconectó el respirador accediendo al “deseo de morir” de Welby, a quien también le fueron administrados una serie de medicamentos para evitarle sufrimiento. El médico defendió su postura al argumentar que el caso de Piergorgio no se trataba de una eutanasia, sino de n rechazo al tratamiento, por lo que no existió ninguna violación a la ley.
Desde el 1 de diciembre, los abogados de Welby solicitaron al Tribunal de Roma que ordenara la desconexión del aparato que daba vida artificial a su cliente, alegando su derecho a morir. Poco después, la Procuraduría de la capital italiana concedió al enfermo el derecho de interrumpir su tratamiento terapéutico, sin embargo, dejaba a consideración de los médicos el continuar atendiéndolo.
Aunque Piergorgio Welby envió un mensaje por televisión a los ministros para hacer pública su decisión y sustentarla, el pasado 16 de diciembre, el Tribunal de Roma señaló que la petición de los abogados de Welby era “inadmisible”. El día 19 de diciembre, la Procuraduría apeló tal decisión , por lo que el caso pasó a la Primera Sección Civil del tribunal romano, donde tres magistrados lo evaluarían.
El debate sobre el caso Welby alcanzó a todas las esferas de la sociedad italiana, desde el jefe de gobierno, Romano Prodi, hasta el Vaticano, cuya postura sigue pesando mucho.
Las autoridades italianas deberán determinar ahora la responsabilidad penal de Riccio. Cabe recordar que en Italia la eutanasia está prohibida y se castiga con penas de hasta 15 años de cárcel. El Consejo Superior de la Salud, dependiente del Ministerio de Salud italiano aseguró que el tratamiento administrado a Welby, especialmente el respirador artificial, “no consistía un cuidado excesivo”.
vmgc