México D. F., 25 de octubre (Redacción Salud Mundo de Hoy).- Investigadores de Estados Unidos llevaron a cabo un estudio en 45.000 niños para determinar si las vacunas antigripales en infantes tenían efectos secundarios y se comprobó que no causan ningún daño que requiera tratamiento médico durante las seis semanas posteriores a la vacunación.
Aunque algunas fórmulas han sido vinculadas al síndrome Guillain-Barre, trastorno neurológico de escasa incidencia que provoca parálisis, los investigadores afirman que los antigripales son inofensivos.
El doctor William Schaffner, especialista en enfermedades infecciosas en la Universidad Vanderbilt, comentó, a pesar de que no participó en el estudio, que los resultados de éste son alentadores y confirmó que "esto significa un alivio para todos los médicos, padres y responsables de políticas de salud, pues podemos seguir adelante con gran confianza",
El coautor del estudio, el doctor Simon Hambidge, de la unidad de investigaciones clínicas para Kaiser Permanente Colorado, informó que, luego de que el equipo encontrara una incidencia de náuseas moderadas y diarrea algo superior a lo previsto en las dos primeras semanas posteriores a la vacunación en cifras extremamente bajas -apenas 13 casos entre miles de niños estudiados- , hubo una reducción de tratamientos por infecciones respiratoria y del oído después de la vacunación y señaló que esto pudo deberse a que los padres tenían la certeza de que los síntomas no eran indicios de gripe.
El hecho de que la investigación permitiera determinar que las vacunas antigripales no causan efectos secundarios “es realmente tranquilizador para padres y médicos que quieren proteger a los niños de una enfermedad que es muy grave. Sabemos que los niños menores de cinco años son hospitalizados por complicaciones de la gripe con tanta frecuencia como los ancianos”, indicó Hambidge.
De acuerdo con los datos proporcionados por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, más de 90 niños menores de cinco años mueren de gripe cada año.
Cabe mencionar que el estudio fue financiado con fondos federales y apareció en la edición del miércoles del Journal of the American Medical Association.
