México, D.F., 29 de septiembre (Redacción Mundo de Hoy).- Un estudio publicado en la gaceta médica “The Lancet” señaló que las mujeres que aumentan su Índice de Masa Corporal (relación entre la estatura y el peso) entre su primer embarazo y el segundo, (no durante el embarazo en sí) podrían presentar complicaciones de salud durante la gestación y el parto mismo, tales como diabetes, preeclampsia o parto prematuro.
El estudio, firmado por los doctores Eduardo Villamor, del departamento de Nutrición de la Universidad de Harvard, y Sven Cnattinguis, del departamento de Epidemiología del Instituto Karolinska, de Estocolmo, recolectó datos de más de 150 mil mujeres suecas que habían dado a luz entre 1992 y el 2001.
Estas mujeres aumentaron, en general, 0.7 unidades su IMC en el intervalo entre embarazos, el cual en promedio fue de 24 meses. Los riesgos se calcularon en función de los cambios de peso y se dividió a las mujeres en grupos dependiendo de la magnitud en el cambio de su IMC.
Los datos concluyeron que entre mayores sean el peso y el IMC de una mujer, más riesgos tendrá. Según el estudio, si una fémina aumenta en tres unidades su IMC (aproximadamente ocho kilos) para su segundo embarazo, tendrá 78 por ciento más riesgo de tener preeclampsia; 76 por ciento más de hipertensión durante la gestación; 63 por ciento más de parto prematuro, y un 87 por ciento de tener niños demasiado grandes (macrosomía), entre otros problemas.
Aunque se demostró que las mujeres que pierden peso del primer al segundo embarazo son menos propensas a presentar complicaciones, un punto interesante de la investigación es que “los “pequeños aumentos de peso se relacionan con mayor riesgo de complicaciones incluso en mujeres con pesos normales”, explicó el doctor Aaron Caughey, del departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de California.
vmgc
