Por Ady Corona
México, D. F., 22 agosto (Mundo de Hoy).- Javier estaba sentado tomándose una taza de café, acabó de leer su periódico y decidió levantarse ante las ganas de orinar. De hecho el sanitario estaba próximo de donde él se sentó; sin embargo, pasos antes de llegar a él su ropa se vio rápidamente mojada.
La pena que lo embargó no fue suficiente, pues no hallaba cómo salir del restaurante con su pantalón mojado. La señora de intendencia al percatarse de lo sucedido, le dijo que podía hacer uso del secador de manos para ventilar su pantalón…
Este es uno de los tantos casos de incontinencia urinaria que se pueden presentar, que no es más que un trastorno de la vejiga debido al inicio de una enfermedad, a la reacción de ciertos medicamentos e incluso a la edad. No obstante ésta última no puede tomarse como parámetro, porque hay gente joven que ya la padece.
De acuerdo con los urólogos, existen diversos tipos de incontinencia: el de urgencia, que es la que padece Javier, en donde ya no pueden contener la orina el tiempo suficiente desde que tienen la sensación hasta que llegan al baño; sin embargo, puede ser síntoma del comienzo de otra enfermedad.
También se encuentra la derivada del estrés, que es notable al hacer un esfuerzo como estornudar, toser, reírse, cargar cosas pesadas, hacer ejercicio e incluso realizar movimientos corporales que impliquen presionar la vejiga, tales como recoger estando sentado un objeto del piso, practicar abdominales, etc.
Existe también la incontinencia por sobrecarga, que es la más característica y que cualquiera podríamos llegar a padecer, porque muchas personas nos aguantamos las ganas de ir al baño por estar haciendo otras labores y esto ocasiona que la vejiga se haga grande. Y es que la función normal de una vejiga es adecuarse al tamaño del líquido retenido pero en cuanto éste es vaciado vuelve a su tamaño normal, no obstante, cuando ya la vejiga perdió elasticidad es imposible que aguante la espera y el trayecto de ir al baño.
Entre los síntomas que se manifiestan están el dolor ante la micción, luego de haber descartado que se trata de una infección urinaria, asimismo, incrementa la frecuencia al orinar y cuando se intenta ir al baño, hay escurrimientos.
Es ahí cuando el urólogo hace aparición para que el paciente sea tratado, previa revisión del tracto urinario, a base de medicamentos o si el caso es severo, se recurre a la cirugía.
La intervención quirúrgica puede ayudar en los casos que la vejiga tenga obstrucción o mala posición. Inclusive ya hay en el mercado pañales para adulto que hacen la función de absorción en caso de padecer de incontinencia.
En situaciones necesarias se le coloca al paciente un catéter en la uretra para que la orina se deposite en una bolsita, así no hay problema de escurrimientos. Sin embargo es muy incómodo, porque a veces por algún esfuerzo el catéter puede llegar a lastimar.
De tal modo, en caso de presentar alguno de los síntomas señalados y se vayan incrementando, no dude en ir al urólogo.
